Sin libros de texto escritos en el sistema braille, los alumnos débiles visuales o ciegos han mostrado retroceso en el aprendizaje, indicó Jaime Pérez Calzada, presidente fundador del Centro de Capacitación para Invidentes (Cecapi) en Durango.
El también activista enfatizó que dicho centro ha afrontado un reto importante con la llegada de la pandemia, pues en 40 años de servicio y tener un modelo exitoso hoy este debe ser modificado, “al principio que la educación fue virtual los alumnos comentaban, profe estuve toda la mañana tocando la pantalla y no salió nada en braille” relató el entrevistado.
Hoy, dijo, los alumnos deben echar mano de otros recursos como lo es el apoyo de los familiares, pues es su único modo para que los estudiantes puedan acceder a la educación.
Pérez Calzada añadió que un factor más que se unió al retraso educativo fue que aún no hay el libro de texto gratuito en braille, esto debido a que la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) ha retrasado su impresión, “y hacen falta que lleguen a manos de los niños ciegos”.
Agregó que ahora la voz de maestros y voluntarios ha sido el medio para que niñas, niños y adolécete puedan acceder al conocimiento.
Aseguró que el problema de falta de libros gratuitos en braille se desprende de la emisión de la recomendación por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos hacia la Conaliteg, ya que los contenidos de los libros de texto gratuito no eran modificados desde 1985 y solo se realizaban reformas a las portadas, ante ello aún no han impreso los textos nuevos en braille.
Para finalizar expuso que esperan que las autoridades competentes en la materia den agilidad al tema y así los menores ciegos o débiles visuales puedan tener herramientas para continuar su educación básica.