Desde el pasado 14 de febrero con el Miércoles de Ceniza comenzó la Cuaresma, un período que la Iglesia católica considera de reflexión, pero que también representa ser la antesala para la Semana Santa, que tendrá lugar del domingo 24 de marzo al sábado 30 de marzo.
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Cada viernes de Cuaresma en los hogares de Durango se encuentran alimentos propios de la temporada, como es el caso de chuales, nopales, pipián, tortitas de camarón, capirotada y muchas otras opciones más, pero, sin contemplar la carne roja en estas preparaciones. Y es que se dice que en estos días específicamente no se come carne, pero, ¿por qué?.
El padre Noé Soto, vocero de la Arquidiócesis de Durango, compartió que la Cuaresma son 40 días de preparación personal, de reflexión, de oración, para poder celebrar bien la Semana Santa, Es decir, “para poder celebrar bien el misterio de la pasión, muerte y resurrección, tenemos que estar preparados, y esta preparación se hace en la Cuaresma”.
De frente a ello, de manera especial se proponían diferentes obras de piedad y sacrificios para hacer una buena preparación interior. “Los sacrificios nos ayudan a ver que nosotros tenemos debilidades, y que necesitamos siempre de los demás”. Y uno de esos sacrificios que se proponen es el ayuno y la abstinencia, éste último donde se contempla el sacrificio de no comer carne roja.
En la antigüedad el alimento era muy básico, con legumbres y cosas que eran de muy fácil acceso, y era un lujo comer carne para la gente de antes. Se les invitaba entonces a que hicieran ese sacrificio.
“Para ti que es lo más maravilloso comer carne, no la comas durante la Cuaresma, especialmente los viernes, en recuerdo de la Pasión de Jesús. Abstente de algo que para ti es un lujo, algo sobresaliente”. De ahí invitación de no comer carne roja.
Según refiere Noé Soto, en la actualidad es más común la carne, pero sigue siendo un sacrificio alimenticio el abstenerse de comer este tipo de carne. Pero, aclaró que no basta solamente con no comerla, sino de ofrecer ese sacrificio para que nosotros encontremos una parte espiritual que hay que cultivar, obras de piedad para personas necesitadas.
De tal manera que lo que se evita hacer en la alimentación, se pueda donar gratuitamente a otras personas. En su caso, el ayuno hace ver que si se necesita del alimento corporal, también se necesita del espiritual. “Así como mi cuerpo se siente débil, también mi espíritu se puede llegar a debilitar sino tengo un alimento espiritual”. Ese es precisamente el sentido del ayuno y la abstinencia.