Por segundo año consecutivo, el templo de San Juan Bautista de Analco y sus inmediaciones lucieron este 24 de junio, solitarias, las restricciones dictadas por la autoridad sanitaria a raíz de la pandemia, alejaron a los feligreses que, habrán de esperar al menos un año más para recobrar la alegría y la tradición de los festejos de esta parroquia, la más antigua del valle del Guadiana.
La costumbre que aglutinaba a miles de personas para rendirle pleitesía a San Juan Bautista en su día, que incluían una verbena popular con la venta de antojitos, dulces, artesanías y otros productos, así como la actividad central relativa a las celebraciones eucarísticas, observaron restricciones.
En efecto, sí se cumplió la tradición de las mañanitas. A las 7:30 horas vecinos y miembros de la administración del templo, entonaron cánticos que pintaron de un vivo color alegre el amanecer de este jueves 24 de junio, en un ritual útil para que la fecha no comenzara en blanco, que no se fuera como un día ordinario.
En el resto del día, se programó rezar el rosario, la Hora Santa, una misa a las ocho de la mañana y la celebración principal a las 20 horas presidida por monseñor Faustino Armendáriz Jiménez.
Hay que anotar que el templo de San Juan Bautista de Analco, es el más antiguo de la ciudad, pues fue el sitio donde los primeros religiosos católicos llegaron a cumplir su misión evangelizadora y fue en ese punto del primer barrio de la ciudad, donde se funda la primera ermita.
Este jueves, las calles Arista, Analco y Belisario Domínguez, lucieron desoladas, vacías, muy lejanas de los 24 de junio previos a la pandemia.