¡LO LOGRARON!
Así, con dos palabras y en mayúsculas, encabezó El Sol de Durango la nota principal de aquella edición del lunes 21 de julio de 1969, luego de que el astronauta Neil Armstrong puso pie en la Luna a las 20:57 horas del domingo anterior.
En la primera plana de este ejemplar, se leyeron textos como: “Desde el Mar de la Tranquilidad los selenautas enviaron un mensaje a todos los hombres del mundo”.
Y “Primera Huella Humana en Selene”.
En Durango, aunque con poca difusión previa, la proeza no pasó de noche, pues en la esquina de 5 de Febrero y Victoria, en los grandes escaparates de la mueblería Salinas y Rocha, decenas de duranguenses observaron el suceso en los televisores de esta tienda que en sincronía proyectaron el arribo del hombre a la Luna y vitorearon el acontecimiento como si fuera un logro mexicano.
La nota firmada por el reportero enviado especial Benjamín Wong Castañeda, narró: El hombre llegó hoy hasta la superficie lunar y paralizó al mundo entero.
Una nueva era comenzó para el universo, cuando el hombre consiguió descender y posarse en una nave sobre el Mar de la Tranquilidad.
La emoción hizo latir con precipitación el corazón de Neil Armostrong, el hombre que esta tarde entró a la historia y se ganó la inmortalidad.
Otra nota de la fecha encabezó así: Llegó el Hombre a la Luna. En el cuerpo de la nota: Y fue el primera día de un nuevo mundo…
La planta del hombre se posó suave y tímidamente en la superficie áspera y rugosa de la Luna.
Y el hombre tomó posesión de la lumbrera que brilló el firmamento desde la primera noche del génesis.
En plena Guerra Fría, otra información de esta misma edición del lunes 21 de julio de 1969, citaba “El Luna 15 Soviético, espía a los Selenautas”.
Por su parte, el papa Paulo VI, saludaba la hazaña y la calificó como la más colosal del siglo XX. En una declaración desde Castelgandolfo, la residencia de descanso del pontífice, recordó en contra parte, que en este momento cuatro guerras ensangrientan al mundo y que el hambre aflige a poblaciones enteras.
Una fotografía sumamente difusa en esta primera plana de El Sol, muestra el momento en que Neil Armostrong desciende de la nave y pisa la superficie lunar a las 20:55 horas
Fue tres días antes, el 16 de julio de 1969 cuando el cohete Saturn V despegó del centro de lanzamiento espacial Kennedy con los astronautas Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Aldrin a bordo, con destino a cumplir la llamada gran hazaña del siglo XX.
Entonces, ya se utilizaban sucesos trascendentes en la publicidad y por ejemplo Sears aquí en Durango, invitaba al público a ver el viaje a la luna a través de un televisor Admiral, que tenía un costo de $2,288.00, con pagos mensuales de $165.00.
Javier Guerrero Romero, historiador y cronista de la ciudad, recuerda el acontecimiento en Durango:
Se vivía una tensión muy fuerte, era el tiempo de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, que sumaban ya más de diez años en la llamada Carrera Espacial.
México, alineado con los países de Occidente, especialmente con el vecino país del norte, veía con preocupación el avance que tenía Rusia en esta carrera.
Cuando se lanza el cohete a la luna, el Apolo 11, en Durango no hubo gran difusión previa al tema. De hecho solamente alguna nota en la prensa donde se anuncia que “se va a lanzar un cohete que intentará llegar a la Luna”.
Sin embargo, cuando se logra el hecho, cuando finalmente el hombre pisa la superficie lunar, Neil Armstrong baja y pone el primer pie en el satélite natural, esto se transmite por televisión, no a la velocidad vertiginosa de hoy, pero sí con una rapidez entonces impresionante.
En Durango apenas estaba empezando la televisión, que había llegado un año antes para los juegos olímpicos y no todas las casas tenían esta aparato, más bien muy pocas lo tenían.
Cuando se anuncia que va a llegar el hombre a la luna y que el hecho se transmitiría por la televisión, la gente se da cita con sus vecinos que sí contaban con una para atestiguar el hecho histórico.
Hay una referencia que hacen varias personas mayores sobre la fecha, que indica que frente a los aparadores de la mueblería Salinas y Rocha, del cruce de 5 de Febrero y Victoria, con unos grandes aparadores, todas las televisiones en venta se sincronizaron para ver la llegada del hombre a la luna y hubo multitud de gente que estuvo presente y en el momento en que Armstrong pisa la luna y da los primeros pasos, la gente reaccionó con vítores ovacionando el hecho. De este hecho, dio cuenta puntual El Sol de Durango y con fotos y texto, narró el momento que más abajo se detalla.
Esto –refiere Guerrero Romero- se dio como producto justamente de lo que estaba significando la guerra fría entre Estados Unidos y Rusia, porque finalmente en esta alineación que México tenía con Estados Unidos, generaba una tranquilidad saber que nos encontrábamos en igualdad de condiciones frente a una nación que potencialmente podría genera una guerra de proporciones mayúsculas, como era Rusia.
Hubo por tanto una reacción interesante de la sociedad de Durango.
La prensa, solamente con dos periódicos, El Sol de Durango y La Voz, que son los que circulaban ordinariamente, titulan el suceso a ocho columnas y aparece una fotografía del hecho.
Entonces, los periódicos volaron literalmente de las tiendas y de los puestos de revistas.
Javier Guerrero, recuerda por las pláticas de sus abuelos, que eran dueños de un estanquillo, cómo los diarios estuvieron apenas unos minutos a la venta porque poco tardaron en “volar”, pues la gente estaba interesada en conocer detalles de la proeza.
Había expectación en la población y sí hubo un momento de felicidad muy grande, como si el logro hubiera sido de México.
Entonces, en algunas casas que contaban con televisión, era costumbre que cobraban alguna cuota módica, diez centavos tal vez, sobre todo a niños y jóvenes, para ver películas o series y en este caso, en la llegada del hombre a la luna, no hay registro de que se haya cobrado, es decir, era tal el júbilo y la expectación que se hizo un evento popular por el deseo que había de que sucediera bien la conquista, “porque no hay que olvidar que ya había habido varios intentos fallidos de llegar a la luna”, explica el historiador.
Los días posteriores, El Sol de Durango continúo informando del primer viaje a la Luna:
Hallazgo lunar: Preciosa veta científica.
Luego: Despegaron, se acoplaron y ya emprendieron el regreso. Así la cabeza principal del martes 22 de julio, donde además se informaba que había fracasado la Astronave Soviética Luna 15, que se estrelló y la URSS anunciaba el fin de su misión. “Llegó al Mar de la Crisis y, luego, silencio. Colapsó.
Para iniciar el retorno, se llevaron a cabo maniobras de precisión matemática y apresurar el viaje de regreso.
Dejan en la luna la chatarra más costosas del Universo; luego vendrá la cuarentena; la referencia era sobre la nave que quedó en la superficie lunar y luego, el periodo que hubieron de pasar los astronautas hasta poder salir y ver a sus familias.
No faltó por supuesto la presencia mexicana en el acontecimiento y el presidente Díaz Ordáz felicitó a Richard Nixon, a través de un mensaje en el que expresó su beneplácito por el buen éxito del vuelo a la Luna.
La nota local de primera plana en El Sol, dijo que El Público Atento a los Televisores:
Durango entero siguió ayer, detalle a detalle la gran hazaña de los intrépidos astronautas: Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins. Miles de gentes de todas las condiciones y sexos se aprestaron desde antes de las once horas –hora fijada para el ascenso del Águila- ante los escaparates de negociaciones y comercios donde se encontraban encendidos los aparatos de televisión.
Otros –cotinuó la nota- no se retiraron ni un momento de los radios receptores en distintos sitios de la ciudad, mientras que el resto de la población desde la intimidad de su hogar, admiraban por televisión y escuchaban por la radio, los aspectos más emocionantes de la jornada espacial.
El ascenso del “Aguila” de la superficie lunar a las 11 horas 56 minutos y 22 segundos, con Armstrong y Aldrin, y el acoplamiento del ave mecánica con la nave Columbia, que tripuló Collins y que sobrevoló la luna, mientras sus dos compañeros cumplieron en la superficie del satélite a las 16 horas y 32 minutos.
El miércoles 23 de julio, con gran optimismo se anunciaba ya que: “Irá el Hombre a Otros Mundos”.
Además se confirmó el vuelo del Apolo 12 para noviembre.
Y el presidente Nixon hizo predicciones optimistas al visualizar más hazañas siderales para el año 2000.
Finalmente, el viernes 25 de julio, en su edición de esta jornada, El Sol de Durango tituló la nota informativa: “En la Tierra y en Cuarentena los Astronautas”.
Neil, Miachael y Edwin, astronautas del Apolo 11, amarizaron con éxito en el Oceano Pácífico y la epopeya más grande de todos los tiempos, hasta ese 1969, terminó cuando amanecía.
Se afirmó que quedaba atrás la supremacía rusa en el espacio y a la vez, se fijó el 14 de noviembre de aquel mismo año el vuelo del Apolo 12 y además, la conquista de Marte, como próxima proyección en la exploración sideral de los Estados Unidos.
