El suicidio ha existido siempre, aunque cabe resaltar que en décadas anteriores, el saber de un caso de estos resultaba asombroso, pues no eran tan comunes; eso era una fortuna en aquella época. Eran aún más extraordinarios los suicidios, o intentos, en menores de edad. Hoy las cosas pintan diferente.
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Hoy en día, lamentablemente es una problemática de todos los días. Prácticamente a diario se actualizan las estadísticas. Y aunque las autoridades trabajan para erradicar estas decisiones de duranguenses de todas las edades, lo cierto es que resulta complicado.
El estado contabiliza hasta este 17 de agosto del 2023, según el Instituto de Salud Mental del Estado de Durango (ISMED), más de 100 suicidios, de los cuales nueve corresponden a menores de 17 años de edad.
De la hemeroteca…
En una ojeada a las ediciones de años anteriores de El Sol de Durango, encontramos el caso de una quinceañera que intentó suicidarse, presuntamente por una decepción amorosa. El hecho causó conmoción en aquella época, 1950.
Fue en la década de los 50’s cuando “una agraciada jovencita que responde al nombre de Paula Pérez, de 15 años de edad, intentó suicidarse ingiriendo el fósforo de una caja de cerillos”, se lee en la publicación impresa de esta cada editora.
La nota, publicada en nuestra portada, generó preocupación entre los ciudadanos por lo sucedido, y sobre todo porque implicaba a una menor de edad. Aunado a la forma inédita en que intentó acabar con su vida.
Ya fuera de peligro, explicó a las autoridades la propia Paula que disolvió en agua el contenido de una caja de fósforos, ingiriendo después la mezcla. El tratamiento médico al que se le sometió afortunadamente evitó un daño mayor en su salud, o incluso la muerte.