“Dicen que las circunstancias hacen al hombre, y las circunstancias me llevaron a hacer el personaje de Pancho Villa. Era el 2010, cuando era el centenario de la Revolución mexicana, pero también era cuando estaban las cosas muy feas, la violencia y no había trabajo…”, así comenzó la historia del nuevo José Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido en todo el mundo como Pancho Villa, quien es personificado en Durango por el actor de padres zacatecanos, Rafael Alberto Celestino Adame.
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El 18 de junio del 2025 cumplirá 15 años vistiéndose de Villa, poniéndose la que él considera la camiseta de los hombres valientes que no tenían de otra más que agarrar el rifle e ir a pelear.
Ese día “llegó a la Plaza de Armas con carrilleras puestas, con el personaje (…) dicen que no es cómo llegas, sino quién te ayudó, por ello agradezco a la familia Hernández, quienes pusieron su confianza, el sombrero de su padre y el conocimiento para hacer esta representación”. Fue así como nació el personaje.
Según narra, para ese momento, el 2010, él ya llevaba poco más de tres años cantando a caballo, e incluso había hecho un proyecto llamado “Rafael Celestino, el viejón de la banda”, cantando con la banda, con acordeón, pero en medio de una ola de violencia se acabó el trabajo.
A la par que eso sucedía, cuenta que llegó con fuerza el cine a Durango, con la filmación de la película Chicogrande, que precisamente es la historia de un joven revolucionario que busca medicinas para salvar a su líder, Pancho Villa, tras una emboscada.
En este proyecto a Rafael le tocó rentar sus caballos, pero eso no fue todo, pues después llegó la película Cristiada, donde le dieron la oportunidad de trabajar como extra, siendo un cristero de personaje, muy cercano a Andy García y Eva Longoria.
Después llegó la filmación de la película Las armas del alba, y así fluyeron más películas en las cuales “nos fuimos colando”, al grado que en fechas más recientes ya ha tenido en sus manos personajes más posicionados e incluso protagónicos.
Más adelante, también estuvo entre los actores de Somos, una serie, donde fue el personaje de Paquito, el que se robaba estéreos; también en El Poderoso Victoria, una película que se grabó en Mapimí, al lado de Damián Alcázar, Lalo España, Adal Ramones y “El señor barriga”.
“Nos tocó ser el ingeniero de la mina, que está en desacuerdo por la construcción del tren, y tantos personajes más”.
“Hace poco se grabó la serie Las hermanas Guerra, donde me tocó ser José Luis, un personaje que es un minero, que al no querer vender a un niño, al último al protagonista que es Claudia Álvarez, pues le da un balazo en la mera frente. Ya traemos un personaje un poquito más grande en esta serie que ya no tarda en estrenarse en Netflix”.
Estudió el personaje Pancho Villa para poder interpretarlo
Rafael Celestino, desde hace casi 15 años es la figura de Pancho Villa en Durango, y además de ser parte del turismo, se encarga de contar la historia a quienes se acercan a él con la curiosidad por su amplio parecido y su actuación.
Pero, tuvo que aprender más de este personaje histórico, a fin de ser su imagen lo más cercana posible a la realidad. “…viendo fotos, viendo cómo se vestía, qué usaba, películas, viendo cómo se para, cómo sonríe, dejarme el bigote, que no fue tan difícil”.
Le encanta hacer este personaje, porque llegó a él cuando no tenía trabajo, aunado a que le ha traído muchas amistades, y satisfacciones.
Al ser cuestionado sobre qué le representa vestirse de Pancho Villa, contestó: “Vestirse de México, vestirse de esos hombres que enfrentaron su vida por un México mejor, es recordar a esos hombres, a esos valientes que un día agarraron el rifle y se fueron a pelear por justicia social, por educación, por un pedazo de tierra, por igualdad”.
Asegura que ponerse el atuendo de Pancho Villa es como vestirse de Superman, trae ciertas energías mágicas, es traer la camisa de hombres valientes que no tenían de otra, “o te vas, agarras el rifle, o te mueres, de hambre o de la tiranía de aquel entonces”.
Como Rafael Celestino refiere que Pancho Villa tuvo dos facetas, para muchos es como un héroe, pero también otros lo refieren con una vida oscura.
Vida artística
Asegura Rafael Celestino que presentó expresiones artísticas desde muy pequeño, incluso cuenta que su primer “caballo” fue una bicicleta, con la cual hacia acrobacias en la Plaza de Armas, y enseguida, ya en la adolescencia, bailaba quebraditas.
“Mi abuelito tenía unas gabardinas y unos sombreritos con lo que me encantaba caracterizarme como un detective. El lente a mí me encanta, me gusta el cine, las cámaras, los escenarios, los foros, las luces”.
Su sueño era cantarle a su abuelo “Albur de amor”, de Antonio Aguilar, y lo logró luego que estudió más de un año en la Escuela de la Música Mexicana; en ese tenor refiere que le ha quedado claro que para que todo sueño se haga realidad, debe hacer una preparación previa.