El sector restaurantero es quizá el más afectado por la alerta sanitaria COVID-19, las ventas se han desplomado hasta un 90%, por lo que de no otorgarse incentivos gubernamentales vendrá una situación catastrófica para la tercera parte de las empresas de este giro, aseguró el dirigente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC) en Durango, Miguel Camacho Herrera.
Al hacer un recuento desde que inició la alerta, explicó que transcurrieron ya dos semanas en los que muchos negocios dejaron de laborar y cada vez son más, y es que las ventas se han caído desde el pasado puente del 18 de marzo y desde entonces el golpe ha sido de una disminución de un 90%.
Ahora se enfrentan a la ampliación del aislamiento social hasta el 30 de abril, lo que en términos reales significaría 200% más de días bajo esta circunstancia, “si tenemos el agua hasta el cuello en este momento, vamos a terminar ahogados si no hay apoyo desde la federación, aseveró en tono preocupante el líder del sector en la entidad.
“Ante el cierre de decenas de restaurantes se ha recurrido al servicio a domicilio, pero la verdad eso es como una aspirina para una enfermedad letal”, lamentó Camacho Herrera.
Los empresarios han tomado medidas drásticas, desde reducir inventarios o no hacer gastos prioritarios, pero es prácticamente imposible sobrevivir a la situación.
Manifestó que la preocupación máxima es el empleo de sus trabajadores, al ser el sector de los mayores empleadores, ya que a nivel nacional se generan dos millones 100 mil empleos directos, es decir, que indirectamente viven de esta actividad al menos ocho millones de personas.
Se ha hecho énfasis en la necesidad de recibir ayuda por parte del SAT, pero lamentablemente solo se han recibido negativas de la federación; de ahí que se espera que el Gobierno federal tenga mayor sensibilidad y lógica, dijo finalmente.