Hasta el momento solo el 35 por ciento del territorio estatal presenta lluvias puntuales, en el resto solo se registran lloviznas, por lo que pese a ello no se han podido recuperar los niveles de agua necesarios para el llenado de los bordos de abrevadero para el ganado, informó el presidente de la Unión Ganadera Regional de Durango, Rogelio Soto Ochoa.
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“Todavía es muy pronto para decir que se ha acabado la contingencia por sequía en el estado”, dijo el productor de ganado duranguense, quien reconoció que la presencia de precipitaciones en el mes de junio es un buen augurio, pues en casi siete años no había caído agua un 24 de junio con la cantidad que se registró este año.
Esperan que éstas se normalicen, ya que se requieren lluvias continuas durante al menos seis semanas para contar con pasto suficiente en los agostaderos.
Informó que con las lluvias de la semana pasada, apenas se captó entre un 10 y un 15 por ciento, “todavía es mínimo, vemos llover en la de 20 de Noviembre y en el Palacio Federal no está lloviendo, así están los ejidos, hay partes donde llueve y en otras está seco”, comentó el presidente de la Unión Ganadera.
Aún no se puede decretar el fin de la sequía para el sector agrícola y ganadero en el estado, hasta en tanto las precipitaciones no son continuas, pues son muchos los efectos negativos que quedaron tras la sequía de los años 2022 y 2023 que dejó el fenómeno de “El Niño”.
A pesar de esto, tienen la esperanza de que este 2024 será diferente ante la presencia del fenómeno de La Niña, a partir del 20 de julio, cuyos pronósticos indican que habrá al menos dos meses de lluvias en buena cantidad.
Hasta el 7 de junio, fecha en la que se tiene el último reporte, han muerto cerca de seis mil 500 cabezas de ganado en todo el estado. Dicha cifra pudo ser más alta de no haber promovido a partir de octubre del año pasado, la venta de vacas mayores de edad que no estuvieran preñadas, pues con esto se logró vender 70 mil cabezas de ganado en casi siete meses.
“Eso hizo que las cifras de muertes de ganado por sequía fueran mínimos”, dijo soto Ochoa, quien informó que durante los primeros meses el precio se fue a la baja, sin embargo para los últimos meses de venta repuntó y hoy en día se encuentra a una cantidad razonable.
“Nunca estamos conformes porque nos cuesta mucho la alimentación y nos cuesta mucho mantener nuestro hato ganadero, siempre quisiéramos mayores precios, pero siempre estamos a la oferta y demanda que es lo que fija el precio del ganado”, dijo.
Aunque actualmente el ganado en la frontera ha alcanzado record históricos, y eso permite que los becerros sean pagados a cantidades que no habían sido posibles en los últimos seis años.
