La presa que mayor captación de agua ha tenido luego de la caída de las primeras lluvias es la Peña del Águila, pues mientras que anteriormente se encontraba a un 11 por ciento de su capacidad, hoy ya está por arriba del 77.7 por ciento, por lo que ante esta noticia los campesinos que se encuentran dentro de este módulo de riego, ya comenzaron a planear riegos de auxilio.
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Pese a ello, no todas están en las mismas condiciones, ya que si bien han tenido un aumento superior al 10 por ciento en comparación con la cantidad de agua que tenían almacenada aún no llegan a lo ideal, por lo que confían en que al cierre del mes de agosto y durante todo septiembre, se tenga una buena captación de agua de lluvia.
Según lo informado por el titular de la Dirección Municipal de Desarrollo Rural, Manuel Herrera Ruiz, esto queda fuera de las manos de las autoridades, pues siguen a la espera de que regresen esas lluvias con las que se inició el ciclo y parecía que se normalizaría, sin embargo a más de 10 días siguen sin regularizarse las precipitaciones en todo el municipio.
“Ayer cayó una tormenta en parte de la ciudad, no son regulares y esto genera también incertidumbre también para la agricultura”, pues coincidió con la titular de la Comisión del Agua del Estado de Durango (CAED), quien refirió que esto afectaba más que beneficiar a la tierra.
Asimismo de más de 600 bordos de abrevadero con los que cuenta el municipio de Durango, de acuerdo al inventario, solo el 50 por ciento cuentan con una buena captación de agua, el resto están irregulares, y eso es lo que provoca incertidumbre entre los campesinos.
Y es que existen bordos en la zona sierra donde solo han captado entre un 10 y un 12 por ciento debido al poco escurrimiento que ha habido; mientras que en la parte que comprenden poblados como Tomás Urbina, Nicolás Romero y la Ferrería, los bordos están al cien por ciento.
“En un promedio es el 50 por ciento de los bordos de abrevadero y esto ayuda para la ganadería”, comentó el funcionario municipal, al destacar que aunado a ello, las lluvias también han permitido la recuperación de los agostaderos y con ello garantizar la alimentación del hato ganadero que rebasa las cien mil cabezas, por lo menos en los próximos meses, “pero tiene que seguir lloviendo para que amacice el pasto”, dijo.
Se superó la expectativa que se tenía para el mes de julio, ya que según el registro hubo un 50 por ciento más de precipitaciones que el año anterior, con esto se logró rebasar el 80 por ciento de las hectáreas sembradas en el municipio, donde en el caso del frijol se rebasaron las dos mil hectáreas y avena están por llegar a las cinco mil.
Aunque desconoció el número de hectáreas de siembra que se tienen en el municipio, aseguró que en el balance que se tiene en conjunto con las autoridades civiles y ejidales, no existen tierras que se hayan quedado sin sembrar.