El suicidio no empieza cuando termina la vida de alguien, ni tampoco es solamente una víctima; el suicidio inicia, muchas veces, cuando las emociones de una persona se ven afectadas, de ahí vienen diversas señales de alerta, pero que mayormente no se detectan o llegan a normalizarse.
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Enseguida, depende cada caso, pueden aparecer los pensamientos de querer morir, de sentirse no importantes en la vida, y si no se tiene una red de apoyo importante, se acelera este conflicto emocional, y de manera sorpresiva podríamos ya estar de un momento a otro lamentando un suicidio.
En Durango, a la fecha, 5 agosto de 2023, suman ya 113 suicidios. Uno de los casos registrados en mayo fue el de un adulto mayor, un hombre, de 75 años de edad, identificado como Juan, que había sido abandonado por sus familiares, aunque sí le enviaban dinero.
Nelson Arturo Estrada Vega, psicólogo de profesión, fue una de las víctimas también, pues de manera involuntaria, sin ser su familiar, pero sí su “roomie”, vivió de cerca desde la etapa previa, cuando se consumó el suicidio, y ahora, impactado emocionalmente, pues finalmente convivieron por algunos años. Aunque detectó diversas señales de alerta, lamentablemente el adulto mayor nunca permitió ayuda; un conflicto más.
“Estuve cuatro años viviendo con él. (…) Pude ver a Juan muy alegre, tranquilo, de repente, en el último año, comenzó a tener problemas con el alcohol, problemas económicos, y de repente, los últimos tres meses de su vida, ya no prendía las luces de la casa, ya era como que todo a oscuras. Yo llegaba y a veces él estaba en la casa, pero todo a oscuras”.
Esto indicaba que algo no iba bien, sin embargo, Nelson Arturo explica que aunque trató de dialogar con él respecto a ello, finalmente Juan “tomó la decisión de partir”.
Considera que este suicidio fue derivado de una situación de estrés, y enseguida también por el alcoholismo, pues ya era una situación muy marcada; al día consumía entre cuatro y seis caguamas, y así todos los días.
Juan pasaba todo el día en la casa, tenía dos años sin trabajar, y nada más recibía dinero de parte de familiares y amigos.
“Se la vivía solamente en la casa (…) su familia vivía en Chihuahua, tenía dos hijas aquí en Durango, pero no las veía”.
Impacto de un suicidio en personas cercanas a la víctima
Nelson, pese a estar allegado al tema por su profesión y pacientes, asegura que vivió de manera muy diferente este acto consumado por una persona con la que convivió por muchos años.
“Vivirlo, con una persona que conoces, es muy diferente, sí termina siendo de gran impacto. Cuando recibí la noticia, no quise ver el cuerpo, porque sentí que iba a ser muy fuerte. Sí fue muy fuerte para mí sinceramente, a pesar de ser psicólogo”.
Conocer a una persona, que no es familiar, pero convivir con ella “cuatro años de mi vida, y saber que se colgó, es algo muy fuerte, y desafortunadamente es algo muy común en Durango”.
¡Atención! Hay diversas instancias encargadas de brindar apoyo y acompañamiento a personas con crisis emocionales y pensamientos suicidas.
Sobre el tema de los suicidios, en reiteradas ocasiones, el Instituto de Salud Mental del Estado de Durango (ISMED), hace un llamado para que en caso de que alguna persona tenga pensamiento suicidas, pueda llamar para pedir auxilio al número de emergencia 911, en donde será atendido y canalizado al área correspondiente.
A través del 911 se les brindará ayuda de inmediato y posteriormente les brindarán seguimiento psicológico, pues en la mayoría de los casos son problemas de salud mental que atendiéndolos se pueden superar.