Ser una chica trans en una sociedad desinformada y llena de prejuicios, en donde incluso actualmente aun rige la discriminación y la violencia hacia la comunidad LGBTQ+, es una constante lucha que enfrentan día a día.

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Bia Serrato, de 22 años de edad, estudiante de la carrera de Arquitectura en el Instituto Tecnológico de Durango (ITD), habla sobre los retos que enfrentan las personas trans en la sociedad duranguense.

El termino transgénero o como comúnmente denominado “trans”, es el término general para aquellas personas cuya identidad y expresión de género se diferencia de las que están típicamente asociadas con el sexo que les fue asignado al nacer.

Las personas trans son un sector que forma parte de la comunidad LGBT, uno de los sectores que más violencia y discriminación sufre, pues datos estadísticos indican que México ocupa el lugar número 2 de Latinoamérica en crímenes de odio hacia la comunidad trans.

Bia relata cómo ha vivido por experiencia propia la violencia ejercida por parte de la sociedad, pues el hecho de ser una chica trans la pone en una situación muy vulnerable, “es un constante miedo de no poder desenvolverme como soy en cualquier lugar, además del miedo a ser agredida por las personas”.

La violencia y discriminación que vivió por ser una chica trans principalmente fue en el plantel educativo en donde estudia, y el sector que más la ejercía viene de generaciones más grandes, esto por la ignorancia y el miedo a lo desconocido, “constantemente tenía que estar saliendo del closet con las nuevas personas que conocía, compañeros, maestros y profesores”. Situaciones que la llevaron a sentirse incómoda.

Esto hizo que Bia emprendiera acciones de activismo, iniciando en primera instancia en su lugar de estudios, en donde busca crear un círculo seguro para la comunidad, a través de discursos, información y platicas de inclusión.

Una lucha conmigo misma

Para la activista la lucha más fuerte que ha tenido es consigo misma, al cuestionarse continuamente se dio cuenta que no estaba cómoda con el género que le habían puesto al nacer, y a los 18 años inició con su proceso de transición, “pase mucho tiempo cuestionándome hasta que entendí que en los 18 años que había vivido, no estaba siendo yo misma”.

Ese momento fue de gran importancia en su vida, se dio cuenta de las cosas que le gustaban y decidió hacer eso que la hacía sentirse bien con ella misma, “comencé a usar ropa femenina, mi expresión era ya más femenina, y me di cuenta que así era como yo quería verme, eso me daba felicidad”.

Aunque durante su transición recibió actos de discriminación y violencia por el hecho de ser una persona trans, también hubo personas que la poyaron en todo momento, pues su familia y amigos demostraron siempre respeto, empatía y solidaridad.

“Antes de salir del closet como chica trans tenía mucho miedo a que las personas se asustarán por esto, miedo a que no quisieran estar conmigo”, con emoción, Bia recuerda como recibió mucho apoyo de su círculo cercano, pues menciona que nunca la cuestionaron, al contrario le mostraron su amor.

“El amor que sentían estas personas hacia mi hizo que no importará con que género me identificará”, algo que la ayudó a superar la constante inseguridad, miedo y expectativa de las reacciones por parte de las personas.

Buscando ayudar, impulsar y empoderar a más personas, la activista busca ser el referente de una chica trans que es también hermana, hija, scout, estudiante y mucho más que solo una chica, buscando la inclusión y respeto.

“La mayor acción que puedo hacer por los demás es ser un ejemplo a seguir, a ser yo misma sin miedo en cualquier lugar, esto ayudara a ver que hay personas diferentes, y que está bien serlo”.

A través del activismo busca dejar su huella en la sociedad y como ella lo menciona, desde su trinchera buscará crear espacios seguros y de inclusión para la comunidad. “Aquí afuera hay personas que te apoyan, no tengas mido de ser quien eres”, concluye.