Ante las acciones de iconoclasia realizadas en monumentos históricos por un grupo de mujeres durante la marcha del pasado 8 de marzo, el gobernador del estado, Esteban Villegas Villarreal, aseguró es muy difícil retirar la pintura de estos lugares, además de ser costoso.
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Sin embargo reiteró que no se puede generalizar el movimiento, pues el 90 por ciento de las mujeres que acudieron a la manifestación, lo hicieron de manera ordenada, exponiendo sus demandas que son justas en lonas o pancartas, “yo me quedaría con eso, y bueno desgraciadamente hay gente que hasta se encapucha para poder hacer este tipo de actos y también lo respetamos”, dijo el mandatario estatal.
Además señaló que incluso las propias mujeres se mostraron molestas con lo que estaba pasando, pues finalmente estos espacios son de todos, “lo que vamos a gastar con ese recurso pudimos haberlo movido a este tipo de acciones, a la construcción de un baño, un techo, un piso; pero es parte de lo que estamos viviendo en el mundo y en país”, comentó, al reconocer que durante su administración, las mujeres tendrán su apoyo y respaldo.
Por su parte, el Arzobispo de Durango, Faustino Armendáriz Jiménez, señaló “es la primera vez en la historia que se permite esto”, al referirse a los daños que se registraron en la Catedral Basílica Menor de la ciudad de Durango el pasado viernes como parte de las muestras de iconoclasia realizadas por uno de los bloques feministas.
Aseguró que estos actos indignaron a la comunidad religiosa, y él se suma a estos reclamos, pues aunque siempre se había destinado a personas para que custodiaran el monumento, en esta ocasión se les dijo que no habría problemas.
“Nosotros esperemos que no se vuelva a repetir, hay instituciones constituidas para la seguridad, sin embargo nosotros también tomaremos nuestras prevenciones”, comentó el líder de la iglesia católica en Durango, quien señaló que el encargado de interponer las denuncias es el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Aún se desconoce a cuánto ascienden los daños, aunque tampoco pueden hacer mucho, pues no les permiten tocar ni siquiera un letrero del recinto dañado.
Explicó que pese a la situación de violencia generalizada que vive el país, esto no es justificable, “nosotros nos unimos e incluso desde el Episcopado Mexicano nos hemos solidarizado con el agravio ante el asesinato de mujeres y hombres, (…) y creo que aquí la actitud que se debe tomar es pedir justicia a quienes son los responsables de hacer justicia en nuestro país”, comentó.
Por lo que aseguró que el hecho de hacer pintas en un monumento, no ayudará mucho en resolver los casos y en cambio si indigna a otro sector de la población.
Armendariz Jiménez, aseguró que todos los años se ubican a fieles católicos que oran en el atrio y desde ahí han impedido la entrada de quienes desean dañar el espacio, sin embargo en esta ocasión se confió en que las autoridades estatales y municipales actuarían al respecto.