Una situación muy complicada es la que se vive en las familias del medio rural, pues solamente quienes tienen familiares trabajando en los Estados Unidos pueden acceder a una parte de la canasta básica, el resto tiene que conformarse con una alimentación precaria basada en frijoles, sopa, tortillas y chile, pues no ganan lo suficiente para adquirir otros alimentos, hacerlo les representaría un gasto mensual por persona de cuando menos mil 400 pesos.
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Lo anterior fue dado a conocer por Rubén Maldonado Ramírez, dirigente de la Agrupación Social para el Desarrollo Rural y Urbano, quien pidió a las autoridades estatales, municipales y federales sean sensibles e implementen programas que reactiven la economía en la zona rural de Durango.
Dijo que de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), una persona que vive en el medio rural requiere de mil 644 pesos mensuales para poder adquirir la canasta básica, es decir: frijoles, leche, tortillas, carnes, verduras, frutas, pan, queso, huevo, azúcar, aceite y café.
Sin embargo, si la persona desea ampliar su canasta con papel higiénico, jabón, shampoo, ropa, transporte, vivienda, medicamentos… el costo se le incrementan hasta otros mil pesos o más, de tal manera que una familia de cuatro miembros tendría que obtener cuando menos los 10 mil pesos mensuales y lamentablemente el 60 por ciento de las familias no lo tienen.
Comento que un número reducido de familias que sí logran surtir el 100 por ciento de los productos de la canasta básica son aquellos que tienen a sus hijos o padres trabajando en los Estados Unidos o Canada, son ellos quienes a través del envío de las remesas hacen posible una sana alimentación.
Es muy importante que los tres niveles de gobierno puedan crear estrategias con las que se reactive la economía de las familias del medio rural, necesitan del apoyo máxime cuando se arrastra una crisis productiva ante las malas condiciones climáticas, expresó el dirigente.
Destacó que los jóvenes del medio rural e incluso los padres de familia en edad de 45 a 50 años se siguen arriesgando a cruzar la frontera con Estados Unidos para trabajar y poder darles un mejor modo de vida a la familia.
Comentó que quienes logran llegar a la Unión Americana y trabajar, envían dinero a su familia pero también están pagando la deuda que adquirieron para que el coyote los pasara, monto que llega a ser de 10 mil a 15 mil dólares.
La gente del campo de Durango tiene hambre, las maquilas han ayudado un poco pero los salarios siguen siendo muy bajos, no les permite comprar la totalidad de la canasta, las familias tienen que dejar de comer carne, huevo, lácteos… expresó el dirigente.