Aunque fue muy notable una disminución en el número de consumidores al tianguis del Santuario de Guadalupe, el más grande de la ciudad que se instala cada domingo en las inmediaciones de la Explanada de los Insurgentes, esta vendimia tradicional se llevó a cabo sin restricción alguna con respecto a la amenaza de contagio del COVID-19.
Como es costumbre, desde la madrugada y en algunos casos desde la noche anterior, decenas de comerciantes comenzaron a instalarse sobre la plancha de la Explanada, así como en calles aledañas como Antártida, Ensenada y otras. Al amanecer, fueron como siempre ocurre, cientos los vendedores que instalaron sus puestos en esta zona de la ciudad.
Luego, como también es tradicional durante las últimas cuatro décadas, desde temprana hora, comenzaron a llegar los consumidores a realizar sus compras de toda clase de artículos e insumos.
Si bien es cierto que la afluencia de clientes a este que es el tianguis más grande de la ciudad, disminuyó de manera importante, el hecho no fue obstáculo para que miles de personas se dieran cita a estas arterias de la ciudad, como se indican antes, sin restricción alguna, es decir, sin la intervención de alguna autoridad que tomara previsiones con relación a la pandemia.
Fue evidente que la vendimia se llevó a cabo de manera ordinaria, normal, sin la presencia de geles antibacteriales, cubreboca, lavado de manos, en fin, la serie de recomendaciones que una y otra vez las autoridades de gubernamentales, especialmente las de Salud, han formulado para la comunidad en general.
Como es sabido, los llamados oficiales han sido en el sentido de evitar en la medida de lo posible la concentración de personas, a fin de contribuir a evitar la proliferación del coronavirus.
Durante el fin de semana, se intensificó este llamado dada el crecimiento del brote, con más casos sospechosos y otros más confirmados.