Alfredo Herrera Deras, secretario de Desarrollo Económico de Durango, quien se encontraba prácticamente en el epicentro del huracán "Otis" durante la noche y madrugada en que azotó el puerto de Acapulco y sus alrededores, compartió su experiencia con los lectores de El Sol de Durango. Este huracán se convirtió en uno de los más catastróficos en la historia de México, el funcionario fue testigo de ello al sentir su fuerza mientras se refugiaba en un hotel.
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El titular de la Sedeco viajó a este paradisíaco puerto para participar en la Convención Internacional Minera México 2023 en representación del Gobierno estatal. Después de finalizar el evento en el hotel sede, Mundo Imperial, la lluvia comenzó sin mayores preocupaciones. Nadie sospechaba la magnitud de lo que vendría en las siguientes horas.
Herrera Deras se retiró a su habitación en el tercer piso del hotel, allí comenzaron a sentirse los estragos del fenómeno con fuerza. Sin embargo, aún no comprendían la verdadera magnitud del huracán.
"A medida que avanzaba la madrugada el ruido y la potencia de la tormenta se hicieron más intensos". Mientras observaba cómo la lluvia inundaba parte del hotel, pudo notar que el edificio se sacudía. A pesar de la precaución, Herrera Deras no experimentó miedo y, de hecho, tomó tiempo para grabar con su teléfono móvil escenas de la furia del huracán azotando el puerto. Vio cómo las palmeras se inclinaban peligrosamente, y luego fueron partidas en dos por la fuerza del ciclón. Objetos diversos volaban por los aires en un espectáculo que nunca antes había imaginado.
Pasada la 03:00 de la mañana, la lluvia y el viento empezaron a ceder, pero aún no se tenía una idea clara de la catástrofe. La magnitud de la devastación causada por Otis sorprendió a los mismos acapulqueños.
Fue al amanecer cuando llegó cierta calma, aunque aún con llovizna. Fue entonces que pudo enterarse de la magnitud del horror que habían vivido miles de habitantes del puerto y turistas.
Herrera lamentó la pérdida de vidas, pero al mismo tiempo, celebró que los reportes iniciales no indicaban dificultades para los duranguenses.
Al recorrer las calles de Acapulco, en la exclusiva zona de Punta Diamante, Alfredo Herrera capturó varias fotografías que muestran la magnitud del desastre.
También señaló la ausencia inicial de las fuerzas armadas, la Guardia Nacional y la policía local, lo que acentuó la sorpresa ante la llegada imprevista de Otis. Sin embargo, más tarde, el miércoles, los cuerpos de seguridad se hicieron presentes. Destacó la solidaridad de la comunidad local y los visitantes, que buscaron ayudar a quienes lo necesitaban, a pesar de la dificultad para evitar saqueos en las zonas comerciales.