Dentro de las situaciones irregulares que se han dado a conocer sobre los manejos dentro del Sindicato Único de Trabajadores Municipales (SUTM) en Durango, por la líder de muchos años Alicia García Valenzuela, se encuentra el caso de 2 trabajadoras domésticas que laboraron por años en el domicilio particular de la “licenciada” como se refieren a ella, pero que se encontraban en la nómina municipal, donde no han trabajado nunca.
En este caso se destapa que Lorena Pulido Rojas y María Antonieta Morales Carrillo además estaban registradas, una con un salario semanal de 2,300 pesos y otra con más de 9 mil pesos, también semanales, pero en realidad lo que ellas recibían en efectivo eran solo mil 500 pesos, ya que no tienen manejo de su tarjeta de cobro.
María Antonia Hernández asegura que apenas se enteró en esta semana cuanto era el salario al que estaba registrada ante el municipio desde el 2016, el cuál era de 9 mil 754 pesos a la semana, cuando solo recibía mil 500 pesos como pago, por hacer limpieza en el domicilio particular y otras propiedades.
Dijo que inició a trabajar con la “licenciada” como niñera, y que solo retiro de su tarjeta 2 veces, pero ahora su tarjeta está en propiedad de García Valenzuela, tampoco recibió aguinaldo, ni prima vacacional. Declaró “es por mi seguridad, y yo no quiero problemas”, por lo que se animó a hablar de la situación.
Por su parte Diego Sida Guzmán, Secretario de Trabajo y Conflictos, quien el mismo se declara operador de movimientos de la no reconocida ya líder sindical, por muchos años, que se solicitaron créditos bancarios a nombre de trabajadores municipales, los cuales nunca recibieron ese dinero.
Como el caso de la propia trabajadora doméstica María Antonia Hernández, de quien se solicitó un préstamo bancario por 600 mil pesos, pero no recibió el dinero, y en caso de que no se paguen la obligación será de los titulares pagar la deuda.
Expresó “fueron muchos años, me tocó ver varias cosas, las cuales me hicieron llegar al hartazgo general, por muy cercano que haya sido, no era lo correcto la manera de imponer a sus amigos y familiares, todo se puede demostrar y no solo es un chisme”.
Las diferentes declaraciones que han dado los trabajadores sindicalizados, coinciden en el miedo a las represalias, precisamente por el poder que ostentaba la líder, pero ahora están dispuestos a hablar.