La situación registrada con los 13 menores de edad que sufrieron intoxicación por la ingesta de medicamento controlado, no es simplemente una llamada de atención, es la urgente necesidad de encender un foco rojo en la entidad, consideró la presidenta de la Federación de Psicólogos en Durango, Elizabeth Blas Soto, que urgió a una intervención psicológica social.
La entrevistada consideró que el suceso bien podría tener tintes de un intento de suicidio masivo, por los perfiles de quienes lo cometieron y por las situaciones que se han venido conociendo de estos menores y es que indicó que en las primeras intervenciones psicológicas que se dieron, se observó que algunos de ellos tienen antecedentes de problemas en su hogar y el acontecimiento podría ser una respuesta a esa situación compleja que viven los menores.
El año pasado, en el país se vivieron algunos casos de intentos de suicidio masivo, muchos bajo la idea de cumplir retos o juegos entre los infantes; se pensó que en Durango no pasaría, aunque también hubo algunos indicios de situaciones primarias de ese tipo; sin embargo, hoy las cosas podrían estarse complicando.
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La investigación que se emprenda tanto por la Secretaría de Educación, por la Escuela Secundaria Olga Arias (donde sucedieron los hechos), incluso por las instituciones de salud que atendieron el caso, debe llegar hasta las últimas consecuencias y dejar claro cuál fue el motivo que movió a estos menores a ingerir el medicamento controlado, de dónde se obtuvieron los medicamentos y cuáles son las medidas que se van a tomar.
Sobre todo porque después de un hecho de este tipo, es muy probable que sobrevengan réplicas. "En todo evento psicosocial produce una presión que va generando pequeños brotes imitativos o de cierta psicosis las personas que son emocionalmente más vulnerables".
La Federación ha estado trabajando en materia de prevención, no sólo en materia de suicidio, sino en muchas situaciones de tipo psicológico que están viviendo los menores y la población en general; pero observó necesario que autoridades de Salud, Educación, etcétera, se sienten a dialogar con los organismos no gubernamentales y juntos hacer efectiva la aplicación de programas interdisciplinarios que sean funcionales, ya que es urgente una intervención psicológica en la sociedad.