A más de dos años de haber ingresado al Centro para Menores Infractores (CERTMI), David descubrió que el rap era la forma de expresar lo que sentía; a través de la pintura viaja a lugares nunca explorados y el deporte lo ha colocado en competencias, aunque dentro de poco, si su deseo de año nuevo se cumple, podrá ser parte del Ejército Mexicano.
“Nunca creí en Santa, ni el Niño Dios, porque nunca tuve regalos”, relató David, quien hoy a su corta edad está por salir del Centro, sin embargo a pesar de que su infancia no fue la que soñó, su concepción sobre la vida ha cambiado.
Sentado en uno de los salones que utiliza el CERTMI para sus actividades cívicas y recreativas, el joven cuenta que conoció el significado de la celebración de las fiestas decembrinas cuando llegó al lugar y las describe como algo maravilloso, “lo que nunca pase afuera, ahora lo vivo aquí, desde convivir con quien ahora veo como mi familia, es decir, mis compañeros”.
Arturo Jiménez, director del CERTMI, explicó que actualmente son 12 adolescentes que se encuentran en dicho lugar, son ellos quienes preparan el menú para celebrar las fiestas de diciembre, por tanto se les da el material para realizarlo, en esta ocasión decidieron que serían pizzas y junto al grupo de guías técnicos ríen, comparten la mesa y hasta los regalos, que fueron creados con sus manos.
Como ya es tradición, el 25 de diciembre se realiza una posada seguida de una comida para las familias de los adolescentes y se amenizan con presentaciones culturales.
Al hablar del reciente festejo, David recuerda que de niño soñaba con un camión de carga para jugar con sus amigos, pero debido a que nunca llegó, ahora se convirtió en otro anhelo por cumplir, aunque en esta ocasión no lo quiere a escala, sino que piensa en un vehículo real, el cual pueda conducir.
El objetivo del CERTMI
El objetivo del sistema del CERTMI es socio-educativo, explicó el director, ya que los primeros derechos a restituir son la educación y salud. Añadió que dentro del Centro existe una barbería la cual es atendida por los adolescentes y cualquier persona puede asistir si cumple con los protocolos de seguridad.
“No se han tenido reincidentes, son más los casos exitosos de reinserción, hay jóvenes que juegan fútbol de manera profesional, otros abrieron su restaurante o panadería, ellos regresan al CERTMI a compartir sus experiencias y motivar a los demás adolescentes”, señaló Arturo Jiménez.
Agregó que el próximo año saldrá un grupo de menores a quienes se les brindará la información desde las escuelas a las que pueden asistir, dónde pueden trabajar, dónde pueden vivir y cuánto cuesta, esto para evitar en lo mayor posible una reincidencia y se sientan parte de la sociedad.
Existen tres grupos en los que se dividen los menores para imponer sanciones luego que cometieron algún delito, el primero es de 12 a 14 años, ellos no puede ser privados de su libertad; también los de 14 a 16 y 16 a 17 años, de estos últimos las sanciones máximas a imponer pueden ser de hasta cinco años.
Cabe mencionar que el CERTMI cuenta con acreditación que otorga la asociación de Correccionales de América (ACA) por cumplir con estándares internacionales en el Modelo Penitenciario Nacional, es decir, cumplió con 131 obligaciones para obtener dicho grado, esto con base a programas para la reinserción.
Mientras ensayaba su último tema que le escribió a su novia, a quien conoció estando dentro del Centro, David llamó a los menores a “no dejarse llevar por las fechas, ya que en realidad sólo se ocupa estar con la familia”.
En seguida mostró un pequeño fragmento de la canción: “perdón si te he fallado yo no quise hacerte daño. No haré falsas promesas mucho menos un engaño”, dice uno de los versos.