A raíz de la pandemia miles de jóvenes se vieron obligados a emprender un negocio para generar ingresos extras y en algunos casos contribuir con los pagos del hogar o incluso costear sus estudios. Algunos de estos proyectos han logrado enfrentarse a la situación económica y han salido a flote, como el bazar duranguense "A la luna bazar".
Este está a cargo de la joven Carolina López Osorno, quien proviene de una familia de emprendedores que con el paso del tiempo han construido un imperio en el ámbito de los productos de belleza y estilismo en la entidad.
A la luna bazar... más que un negocio
Inspirada por su padre y su hermano mayor, desde su adolescencia Carolina ya había intentado emprender en varias ocasiones, sin embargo asegura que debido a la falta de tiempo y constancia nunca se concretaron los proyectos. Pero una vez que la Covid-19 llegó fue cuando finalmente tomó la iniciativa para establecer su negocio.
"Comencé a necesitar más ingresos cuando inició la pandemia, así que empecé a buscar opciones pero ninguna me convencía realmente", a joven señala que finalmente optó por establecer un bazar de ropa, principalmente, ya que tenía muchas prendas en buen estado que ya no usaba.
Así nació "A la luna bazar", con la meta de obtener ingresos extras y a la vez contribuir al impacto ambiental al reutilizar prendas en buen estado.
"Primero seleccioné la ropa que me parecía más adecuada ofrecer, puse empeño en tomar buenas fotografías y finalmente las publiqué en mis redes personales", la joven se sorprendió al ver la respuesta de las personas por adquirir alguna de sus prendas, así que poco a poco ajustó la planificación de su bazar y estableció una cuenta en Instagram exclusiva para el mismo.
De abril de este año a la fecha, Carolina se ha posicionado como uno de lo bazares en línea más populares en Durango, por ello la oferta de sus productos se amplió, desde ropa, accesorios y artículos de decoración.
A la par la joven ha sabido combinar su proyecto con su carrera universitaria y asegura que espera concluir la licenciatura en Psicología. "Pero me gustaría que mi proyecto siga creciendo y que mi negocio sea reconocido no solo en Durango sino en todo México", destaca con una sonrisa.
Finalmente Carolina señala que seguirá los pasos de su familia y continuará en el difícil pero fructífero mundo del emprendimiento.