Largas filas de creyentes que llevan velas y ramos entre sus manos para bendecir, a las afueras vendedores de reliquias, comida y fiesta; así lucía cada 23 de abril la Catedral Basílica Menor donde se venera a San Jorge, patrono de la ciudad. Hoy, el panorama es muy diferente, todo esta desierto, no hay fieles y en misa a puerta cerrada el arzobispo de Durango eleva sus plegarias al cielo para que este santo proteja a los duranguenses de la pandemia provocada por el Covid-19.
Igual que en 1749 cuando procedente de Europa llegó a esta ciudad la Imagen de San Jorge sobre un hermoso caballo blanco, derrotando al dragón, para pedir que protegiera a sus habitantes de los alacranes, hoy la súplica es similar, aunque el mal luce con una cara diferente.
A 271 años de distancia en la que se eligió al 23 de abril para venerar al Patrono de Durango, el arzobispo Faustino Armendáriz Jiménez, alzó sus oraciones a Dios para que por intersección de San Jorge proteja a Durango y el mundo de la amenaza que hoy representa el Coronavirus.
La Catedral, está cerrada y en una misa privada que se transmitió por internet y Canal 12, en contraste con cada 23 de abril cuando se ha visto rebosante de gente, interminables filas de devotos que salían hasta la calle donde se vendían ramos, veladoras, artículos religiosos y mucha comida en una típica fiesta religiosa mexicana.
En su mensaje, el pastor de la grey católica pidió a Dios mediante San Jorge que libere a Durango de esta pandemia, pero también exhortó a los ciudadanos para que sigan las recomendaciones, se queden en su casa y eviten la propagación de esta terrible enfermedad que ha matado a miles y contagiado millones en todo el mundo.
Para concluir su homilía el arzobispo Armendáriz Jiménez pidió a los creyentes católicos ser como San Jorge mártir, firmes en su fe, defenderla y esperanzados hacer todo lo necesario para salir bien librados de este pésimo momento que hoy vive la humanidad