Hace 10 años no lo imaginábamos, parecía lejano que una ciencia de tal magnitud fungiera como catapulta para un estado, una escuela, unos niños con sueños en crecimiento.
No pasan de los 14 años, aunque sus rostros parecen más infantiles, detrás de esa juventud e inocencia se esconde la habilidad e inteligencia que los ha llevado a competir en torneos nacionales y ahora, mundiales.
Fue en marzo de 2010 cuando el maestro Humberto Saucedo Unzueta inició con escasos alumnos el club de robótica de la Escuela Secundaria Técnica #1. Acercar la tecnología a los alumnos fue el objetivo en ese momento, pensando en la idea de que en un futuro les abriera las puertas a un empleo formal en esta industria.
El maestro Humberto habla con orgullo de sus alumnos, aprovecha cada instante para recordar sus triunfos, esfuerzos y dedicación. El rostro se le ilumina cuando le pregunto por alguna competencia, cuando le recuerdo los inicios del club, de cómo los chicos salían a la calle a tocar puertas para vender tabletas de chocolate y así pagar sus gastos para el viaje.
Eso sucedió hace nueve años, con los alumnos fundadores, pero la situación económica no ha cambiado mucho pese a que han representado a la institución educativa y al país en más de una ocasión.
Vex Worlds 2019
Cada año se realiza el mundial de robótica “Vex Robotics World Championship” en los Estados Unidos (EE.UU.), mismo que reúne a cerca de 400 equipos y este año tendrá lugar en Louisville, Kentucky del 24 al 29 de abril.
Hace poco más de un mes, una competencia les otorgó el pase a este mundial a uno de los dos equipos que tiene la ETI y lo conforman siete niños que cursan primer y tercer grado. Para Andrés, Andrea, Diego, Ángel y Christopher, esta experiencia es inigualable, pese a su corta edad, alcanzan a dimensionar lo que es llevar a cabo esta aventura.
“Es una experiencia muy padre, muy bonita, porque nos abre el campo de la ciencia y la tecnología, es innovar no sólo nuestra forma de vida sino también cómo vemos el mundo, es como una visión para el mundo”, expresó Christopher notablemente emocionado.
Sin embargo, percibo un poco de sentimiento cuando el maestro Humberto me platica que él se había hecho a la idea de no acudir este año a un mundial por el –prácticamente- nulo dinero, pero los padres le insistieron y apoyaron tanto que terminó convencido.
Fue así que primero buscó el apoyo del director para cubrir la inscripción al torneo, un monto de 23 mil pesos, cantidad que pagaron. Pero lo preocupante no era eso, pues otros gastos como el viaje, hospedaje y comida eran mayores, la situación se agravó cuando algunos papás se esperaron a tener la confirmación del viaje para tramitar las visas (otro gasto más), lo que atrasó la compra de los boletos, ya con precios más elevados.
Entre tanto analizar, decidieron que sólo dos chicos y dos papás se irían en avión, pues el costo del boleto oscilaba en 20 mil pesos; el resto del equipo acompañado de otros dos padres y el maestro viajará en camioneta.
Cuando le pregunto al maestro Humberto un aproximado de todo el gasto, atina a decir entre nerviosismo y broma que es muchísimo. Y es que si hacemos cuentas se trata de 25 mil de las casetas, 18 mil de gasolina, lo que se le suma cinco mil pesos de las comidas durante la semana que estarán allá, sin duda el gasto suena mucho mayor al que se tiene disponible.
Por lo que durante estas pocas semanas realizaron algunas actividades para obtener recursos económicos como organizar una tardeada, una rifa, unos arrancones en el autódromo y venta de discada, además de vender dulces y comida dentro de la secundaria. De todo esto obtuvieron 20 mil pesos, el cual utilizaron para pagar el hospedaje ¡el más barato que consiguieron!, pues en cuatro habitaciones el cobro fue de 24 mil pesos.
Aún con las dificultades, los chicos no tienen tiempo de quejarse y estar cabizbajos, pues en su mente sólo tiene lugar una cosa: prepararse, competir y obtener un primer lugar, así llueve, relampagueé, escaseé el dinero o reciban un no por respuesta, ellos tienen clara su meta.
“Yo he estado desde primero de secundaria, he visto como hemos mejorado progresivamente los tres años, como desde quedar en muy bajos puestos en primer año a ir mejorando el segundo y hasta apenas en tercero lograr ir al mundial”, comentó Andrés.
Andrea, la única mujer del equipo, recordó que durante su primer nacional desconocían totalmente el funcionamiento pero lograron absorber los conocimiento que se les proporcionaba, “hemos ido a otros nacionales y cada uno ha sido diferente, tanto en organización, competencias, las personas que están ahí son completamente diferentes y no solamente nosotros mejoramos, también la competencia es cada vez más difícil o más interesante.”
Lento pero seguro
El club ahora denominado “Club de Robótica Husky” ha construido su historia y reputación poco a poco. Los logros son muchos, pero nunca ha sido sencillo para ninguno de los jóvenes que ha pasado por ahí. Remontémonos un poco al pasado, al año 2010, recuerdan que improvisaban una guarida robótica en un pequeño salón, no había aún trofeos, ni tanto material, apenas podían sostenerse en pie.
En ese momento, el único propósito era participar en su primer mundial de robótica en Orlando, Florida realizado en 2011, jamás imaginaron que eso repercutiría en sus vidas personales y profesionales a futuro, lo que empezó como un pequeño sueño se convirtió en una realidad, regresaron a México satisfechos y portando con orgullo el trofeo de segundo lugar, el cual los acreditó como uno de los mejores equipos a nivel internacional.
Así empezó la travesía; en el transcurso de estos nueve años han participado en más de 40 concursos a nivel local y nacional, así como cuatro mundiales, el último se llevó a cabo en Cancún, Quintana Roo donde el equipo 12393C obtuvo el campeonato nacional de excelencia y con ello su pase al mundial.
Los alumnos cumplieron su ciclo, unos llegaron mientras otros se despedían, pero cada uno dejó sembrado una semillita que logró una buena cosecha: convertir a este club en uno de los mejores en su categoría.
Sueños en construcción
“Para mí es una experiencia muy bonita poder llevar a alumnos que no saben absolutamente nada al principio y que de repente se convierten en unos excelentes programadores, diseñadores o aquellos alumnos que no sabían que tenían la capacidad de dirigir a los demás, es una satisfacción el ver a los alumnos que ya estando en preparatoria o en universidad, siguen dedicándose a la robótica y siguen obteniendo primeros lugares”.
De esta forma, el maestro Humberto describe la experiencia de tener a su cargo un club y la formación de jóvenes, le ha apostado tanto al proyecto que para él lo importante no es el conocimiento que adquieren los alumnos, sino el desarrollo personal y social.
Hace hincapié en que la forma de relacionarse con otros, afrontar los retos científicos o económicos es una forma de aprendizaje para que cada uno de ellos realice y se enfoque en otras actividades, una preparación para la vida futura.
Durante la entrevista observo el rostro de los chicos, trato de poner atención a sus respuestas pero no puedo evitar reflexionar y me invade los pensamientos de que estos niños de escasos 14 años saben lo que quieren, saben cómo hacerlo y están dispuestos a darlo todo.
Me asombran sus palabras impregnadas de madurez y su actitud decidida para adentrarse a este mundo tan fascinante pero complicado, cuando les pregunto si dentro de unos años desean continuar con la robótica, no lo dudan un segundo.
Al menos Andrés tiene claro su destino, pues muy seguro respondió, “yo desde un principio supe que esto a mí me gustaba, la razón por la que ingresé a robótica no fue para encontrar mi objetivo, sino para cumplir mi objetivo.”
El resto coincide en que también continuarán dentro de esta disciplina, pero visto desde la parte científica, “yo si me dedicaría a esto, a la innovación más que todo, no tanto a los torneos sino a innovar”, señaló Christopher, mientras que Andrea aseguró “yo también seguiría estudiando lo que es la robótica como ciencia y tecnología, un poco apartado a lo que es la competencia.”
Situación económica
Líneas arriba detallé los gastos que representa viajar a un mundial de robótica, pero no mencioné que renovar materiales para las prácticas también es un costo que no todos los equipos de las escuelas pueden solventar.
Motores, llantas, sensores, cadenas y más accesorios son los que deben ser renovados antes de la competencia o en próximos meses, “ese tipo de material se tiene que renovar para la competencia mundial porque tenemos que llevar un material mejor, ya que llevamos tres años con el mismo”, indicó el maestro Humberto, quien explicó que un kit de robótica tiene un precio aproximado de 10 mil pesos.
Pese al esfuerzo y logros, para las autoridades educativas no es suficiente y no amerita un apoyo económico al club o a los alumnos, una beca por aprovechamiento académico o un reconocimiento moral, porque durante estos nueve años no han recibido un peso para costear traslados o adquirir equipo.
“La secundaria nos ha apoyado, en específico el director, la sociedad de padres nos ha dado un buen apoyo moral porque económico no hemos tenido y básicamente todo se ha financiado a través de actividades realizadas por los mismos padres de los niños y por ellos mismos”, confesó el maestro Humberto.
Andrea expresó que como club es complicado buscar el sustento económico para cada competencia a la que se asiste, “si nos gustaría que el gobierno nos apoyara más, pues no solamente estamos representando a la escuela, sino el estado y el país en competencias de este rango.”
¿Potencia a nivel mundial?
“¿Qué se necesita para que la robótica sea potencia en México?, ¿creen que un día los gobiernos impulsen esta ciencia?”, les pregunto a los chicos y a su maestro, por un momento se quedan pensativos, todos coinciden en que más apoyo e invertir en educación es la clave que llevará al país a la excelencia.
“Uno de los puntos claves para poder aprender más y que seamos potencia a nivel mundial es que primero haya material, recursos y las herramientas necesarias, la otra un sistema educativo donde todos podamos aprender de la misma manera, principalmente sea la práctica y no tanto la teoría, yo he visto que muchas actividades no se pueden realizar porque no se tiene el suficiente dinero para comprar un artículo, cuando debería ser la escuela quien proporcione esos recursos”, comentó Andrés.
“Principalmente, necesitamos darle valor e importancia a los alumnos que están obteniendo buenos lugares, ellos ahorita son campeones nacionales y lamentablemente no se ha reconocido, por ejemplo, en la SEP no se les ha reconocido ese trabajo tan importante que hicieron a nivel nacional, estamos hablando que son los mejores a nivel nacional en cuanto a la excelencia, no es cualquier cosa”, expresó el maestro Humberto.
Hace unos años nadie se imaginó en lo que se convertiría la inteligencia artificial y aunque estamos a años de igualarnos a otras potencias mundiales, si se comienza a apoyar, aceptar, observar e interesarse por lo sorprendente de esta ciencia, no duden que en un futuro estos jóvenes serán la mente maestra detrás de un gran proyecto de innovación en el área médica, deportiva, seguridad o social.
Si desean realizar un donativo para el Club de Robótica Husky ETI, pueden acercarse a la institución, al maestro Humberto Saucedo o depositar en la cuenta 4152313358409840.
“Será a través de las máquinas,
que por primera vez seremos capaces de tener relación uno a uno entre
la fuente de información y la información del consumidor”
Issac Asimov