A lo largo de la historia las mujeres se han convertido en el alma y corazón del movimiento por los derechos de los animales alrededor del mundo, activistas que luchan porque el veganismo sea más accesible y generalizado. Desde escritoras hasta científicas, todas con el objetivo de encontrar una vida digna para todas las especies.
Esta es la historia de una de esas mujeres, la cual comenzó a escribirse en Durango, México, pero comienza a tener repercusión en todo el país. Se trata de Sofía Arzola, una joven con un espíritu libre en búsqueda de un cambio significativo para el mundo.
La duranguense es licenciada en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la Universidad José Vasconcelos (UJV) en la ciudad capital, además forma parte de la organización internacional Animal Save Movement, a cargo del capítulo Durango, y es creadora del podcast “Mujeres en tierra de machos”, proyecto que surgió a raíz de su tesis universitaria, donde ha tenido la oportunidad de entrevistar escritoras, biólogas, artistas y cineastas, entre otras.
Mi infancia en la naturaleza
Campamentos en la sierra, largos paseos por lugares con lagos, jugar con los primos entre los árboles y el contacto directo con la naturaleza, son algunos de los recuerdos que atesora la joven duranguense de su niñez.
La independencia y libertad que le brindaron sus padres durante su infancia sin duda influyó para que se convirtiera en la mujer que es hoy en día. Sofía asegura que fue su padre quien más le inculcó el instinto por explorar su entorno. “Mi papá es de Guanaceví, él siempre quería estar en contacto con la naturaleza y quería lo mismo para su familia, nunca me impuso miedos para disfrutar”, recuerda con felicidad.
Veganismo, sinónimo de amor
Conforme crecía, Arzola comenzó a desarrollar una particular curiosidad por la industria de la comida, en especial de la carne. “Creo que empecé a tomar conciencia del proceso que se realiza para obtener la comida, con mi familia tenía bastante contacto al visitar ranchos, en algunas ocasiones me tocó conocer rastros municipales y me di cuenta de que en toda la industria a nivel lugar estos son que son los lugares donde se les puede tratar lo más dignamente posible pero aún así es violenta su muerte", según destaca.
Pero cuando cursaba la secundaria tuvo contacto directo con el veganismo. Junto a una de sus amigas realizó una investigación de la industria peletera, la cual está dedicada a la elaboración de indumentaria, cuero y piel animal.
Este fue un duro golpe de realidad que la impulsó a convertirse en vegetariana. Sin embargo en ese momento lo hizo sin la conciencia de que tenía que sustituir la carne con otros alimentos y contar con una dieta especializada para compensar la proteína que no consumía. Por ello su dieta libre de carne sólo duró medio año.
Pero años más tarde retomó con fuerza esta filosofía de vida y comenzó con el veganismo, esta vez más consciente de lo que implicaba. “Lo retomé gracias a un documental que vi en el que se hacía énfasis en la forma en qué alimentas tu cuerpo, entre otros que son más gráficos y sí muestran la realidad y condiciones en que se mantienen a los animales antes de que sean consumidos”.
Una vida de activismo
Sofía asegura que al tornar su vida al veganismo enfocó su energía en ver documentales, videos y fotografías del maltrato animal, “esto creo que le pasa a todos los veganos, que estás muy enojado con el sistema y empieza a asumir muchas cosas, lo que años más tarde lo canalizas a actividades en favor de los animales y no a la evangelización de ser vegano”, señala sonriente.
Así comenzó a involucrarse con la comunidad vegana de la ciudad de Durango. Pero fue uno de sus amigos quien causó más impacto en ella en cuanto al activismo en la defensa de los derechos de los animales. Sofía lo acompañaba a la Plaza de Armas donde el joven colocaba un cartel con la leyenda “Ayúdame a legalizar la carne de perro”, hecho que en su momento causó polémica en las redes sociales.
Esta era una estrategia para que las personas se acercaran con los jóvenes y entablaran una conversación con los activistas en torno al consumo de la carne de los animales. Así la duranguense empezó su camino por el activismo.
Tiempo después acudieron dos representantes de la organización Animal Save Movement, la cual se dedica a realizar vigilias, estas consisten en acudir a mataderos y detener a los choferes de los camiones que transportan animales para solicitarles que les permitan documentar el estado en el que se encuentran los animales y acompañarlos durante sus últimos momentos de vida.
Fue precisamente durante esa visita que invitaron a Sofía a formar parte de la organización con el capítulo Durango. Actualmente se encarga de organizar vigilias, pláticas y campañas sobre la dieta vegana y el respeto a los animales, proyectar documentales y ofrecer comida vegana a la sociedad en general.
La duranguense describe su experiencia como enriquecedora y de mucho aprendizaje, “las personas que somos veganas debemos de entender que no podemos obligar a otros a seguir este estilo de vida, en cada país, incluso en cada estado se vive de maneras muy diversas, lo que nos toca hacer es informar a las personas sobre cómo funciona y apoyarlos por si buscan dar el primer paso para involucrarse, no nos toca juzgar a los demás fuera de nuestro entorno vegano”, finaliza.