Era. Fue. Surgió con intención deser. Tímido. Balbuceante. Algo indeciso. Y ¡de súbito! surgióvigoroso, potente, orgulloso; pleno. Así fue el aplauso quesaludó la llegada del presidente de México, Enrique Peña Nieto ala reunión en el Patio de Honor de Palacio Nacional con suscolegas para celebrar el “Día del Abogado”. Batir de palmasque creció hasta alcanzar la elevada cúpula de acrílico queremata el sitio. Ovación que alcanzó la arquería. Aplauso largo,cálido, premiador; reconocedor. Y el abogado Enrique Peña Nietoque sonríe y reparte cariñosas -afectuosas- palmadas en hombros,espaldas, codos.
“Pues fíjate que llegó a milugar y que me saluda y me pregunta: ‘¿Tú eres abogado?’¡Imagínate! El Presidente de la República que te da la mano y teinterroga. Te agarra de sorpresa. Cuando me iba a imaginar. ¿Quéle dices? Como que me atarante. Como que no supe que decirle. Yahí estaba, junto a mí esa señorita rubia llamada Vania Kellehera la que el presidente Peña Nieto llamó ‘maestra’ antes desaludarla y también Jorge Hernández Hernández al que elPresidente de la República dedicó un vigoroso: ‘quiubo,paisano’”, antes de darle abrazo.
“Y yo ahí. Mirándolo mientras mepreguntaba: ¿Tú eres abogado? Y estaban sus fotógrafos: JuanCarlos Morales, Gustavo Camacho -el padre y el hijo- y el de latele Joel Badillo.
“Entonces me acordé de unahistoria que escuché en la gira del candidato a la presidencia dela República, Carlos Salinas. Ocurrió que un joven se plantófrente al candidato Adolfo López Mateos y -en calidad de jilguero,líder estudiantil, aspirante a político del PRI, se dirigió enestos términos al universitario-vasconcelista en suhora:
“Aquí estamos contigo, Adolfo.Tú eres nuestro abanderado. Tú, admirado Adolfo eres el políticoen el que vemos el futuro...
“Tuteo. Y más tuteo. El vehementejoven provocó el azoro de los asistentes. El líder local del PRIse creía perdido. ¿Cómo había dado oportunidad a tan atrevidomozalbete?”.
Fue el propio don Adolfo LópezMateos quien intrigado le planteó al audaz:
“A ver, dime. ¿Somos iguales?¿Acaso tú también eres candidato a la Presidencia de laRepública?. Di”.
“Pues nada más soy abogado. Comotú”.
“Pero yo que. Abogado no soy.Aunque muchas personas -y vecinos- se empeñan en decirme:‘¡Cómo le va, licenciado! ¡Que le vaya muy bien,licenciado!
“Y por más que les aclaro que no,que yo no soy licenciado el saludo se repite. Lafórmula.
“No me quedó más remedio quedecirle al Presidente: No soy abogado. Soy profesor de escuelaprimaria. Y aquí ando. Dándole”.
Abogado Monte Alejandro Rubido.¡Abogadazo! “De Tlalnepantla a Ciudad Universitaria. Asíestudié. Con el apoyo de mi padre. ¿Le conté que fue mesero enun importante restaurante de la avenida del 5 de Mayo? Estoy en laSecretaría de Gobernación. ¿Qué l parece que convide a DavidGaray Maldonado a comer en el restaurante del hotel Imperial, seque está en Reforma y Morelos? Créame: Se come bien. Don Pepe -elgerente que se declara madridista y no puede ver ni en pintura alos del PSOE- atiende de lujo. Le gusta el jazz. Creo que hastatoca el saxofón.
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David Garay Maldonado: “Espera,voy a saludar a magistrados mexiquenses”, acepta el reto de MonteAlejandro Rubido. “No me sobra el dinero. Lo tengo por bien”.David Garay Maldonado. De texto y rejas. Muchos años atrásconvidó a este reportero a dar una conferencia en alguna de lascárceles de la ciudad.
“Con una condición,David”.
“¿Cuál?”.
“¡Que permanezcas a mi lado entodo momento! No vaya a ser que me olvides. O te distraigas.Y...
David Garay Maldonado. En díascríticos -inundaciones en el cerro del elefante, en San Isidro, enChalco- al lado del entonces gobernador Enrique Peña Nieto. Y a sulado Carlos Eduardo Camacho. Un letrado sinaloense de lujo atento alas instrucciones de su paisano David López Gutiérrez.
Abogado don Enrique de LamadridCordero. Secretario de Turismo. Discreto y activo. Vaal lugar de laMinistra Margarita Luna Ramos. La felicita. La señora se lució ensu intervención. Día del Abogado.
“Fue Don Adolfo López Mateosquien en el año 1960 lo instituyó”, recordó el maestro LuisMaldonado Venegas Presidente del Comité Rector de la InstituciónDía del Abogado. Sus juicios -expresados con propiedad ysabiduría- resonaron en los muros y corredores de PalacioNacional. Estremecieron cimientos y conciencias. “Mezcla detezontle y cantera”, poetizó para referirse al imponente lugar.“Pues aquí -citó- en la esquina de Seminario y Moneda, en lasede le la Real y Pontificia Universidad hace 484 años se dio lacátedra...Origen del “Día del Abogado”.
Abogadazo Luis Raúl GonzálezPérez. Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos,-ExFiscal del Caso Luis Donaldo Colosio, exabogado General de laUNAM: “¡Como me puede la desaparición de Jorge Carpizo!”-quien madruga para llegar a su oficina. Ahí se arraiga. “Caminopoco. Debo hacer ejercicio”, confía a sus muy amigos antequienes se compromete a entrar al gimnasio para activar latidos-ritmo- cardiaco.
“Renovación es Ley de Vida.Renovación es Vida de la Ley”- sentencia solemne Luis MaldonadoVenegas. “Urge abatir la impunidad. Trabajar -los abogados- conceleridad y persistencia. Con apego al Debido Proceso. Conprontitud. Es urgente prevenir el delito...
Colega. Así llaman los abogadospresentes al Presidente de México Enrique Peña Nieto. Hombre -ymujeres- de foro exhiben saberes. Reconocen responsabilidad.Repudian a los inmorales que medran con la ley...
“Por fortuna -dice MaldonadoVenegas- son muchos, muchísimos más los mexicanos que cumplen consu obligación”.
Estima el maestro Maldonado que estees momento crítico para la Justicia. El apego a la Ley. Que elpueblo sepa. Se informa.
La ministra Margarita Luna Ramos Irecordó que hace 464 años don Bartolomé Frías de Albornoz dioCátedra. Y citó: “La ONU dice que no puede haber Justicia sinabogados. Las mujeres avanzamos -dice la brillante mujer alpresidente Peña Nieto. Y le anuncia que “desde el lunes anteriorMéxico reconoce a la Asociación de Mujeres Jueces”.
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NI UNA OJEADA REALIZÓ ELPROCURADOR DE LA REPÚBLICA AL TEXTO QUE LEERÍA; RAÚL CERVANTESDESLUMBRÓ CON SU ORATORIA Y CONOCIMIENTO
Y llegó el turno del ProcuradorGeneral de la República el abogado Raúl CervantesAndrade.
En la segunda fila, en la extremaderecha del sillerío se hallaba un hombre corpulento, cuarentónque obedecía las instrucciones de la Maestra Vania Kelleher quiendesde su mirada azul y distinguidos modales cuidaba detalles. Queese hombrón de la segunda fila colocase en el atril el texto queleería el Abogado de la República. Hombre que goza de gran fama.Y probada experiencia en la Cámara de Senadores.
Ese hombrón se apresuró a cumplirsu tarea. Tropezó en el escalón. ¡Aguas!”, le advirtióalguien. Quizá un bromista le lanzó: “¡Álzalas!”. Por finel hombrón aquel se recuperó y dejó el texto en su lugar.Volvió resoplando a su sitio. Vania Kelleher aprobó con suintensa mirada.
Trabajo inútil el ProcuradorGeneral de la República dio lustre a palabra y conocimiento. Nipor un momento tocó -vamos, ni miró siquiera- la carpeta que lehabían dejado.
Don Raúl Cervantes Andrade seadueñó del escenario. Dictó verdadera cátedra. Asombró a suspares. Mereció reconocimientos inacabables. Se lució con gransobriedad. Expuso. Dictó. Determinó.
Le llovieron las felicitaciones.Justificó su fama.
El Abogado Enrique Peña Nietoaseguró su esfuerzo por hacer de este un país -una sociedad- queviva en el derecho y de acuerdo con la Ley.
Quienes intervinieron coincidieronen la necesidad de revisar las leyes que hoy norman la vida de losmexicanos.
Abogados atestaron PalacioNacional.
“Pues te platico -dijo el abogadoJavier Dueñas García- que soy Director Corporativo y de Finanzasdel Instituto Mexicano del Petróleo. Caminamos de la mano delInstituto Francés del Petróleo. Y de la Agencia Internacional deEnergía.
Y el abogado Juan Manuel Portal-contralor general de la Federación- quesugiere: “¿Qué tal si nos vemos en agosto?”: ElPresidente deseo a todos sus colegas un feliz “Día delAbogado” Raúl Cervantes Andrade se llevó la admiración detodos.
