Mariclaire Acosta Urquidi, extitular del Comité de Participación Ciudadana, pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador, usar el Sistema Nacional Anticorrupción para acabar con este flagelo, en lugar de cerrar las estancias infantiles y los refugios para mujeres maltratadas como mensajes políticos contra sus adversarios.
En entrevista con El Sol de México, advirtió que la descalificación a las organizaciones de la sociedad civil y la cancelación de subsidios, sólo abonan al clientelismo político sin resolver de fondo la corrupción.
“Me gustaría ver los siguientes pasos y que no se quedara en mensajes políticos. Me parece que en el caso de las estancias infantiles, en el caso de los refugios, allí son mensajes políticos [...] Ahí está el Sistema Nacional Anticorrupción y hay que utilizarlo para situaciones como estas”, dijo al hacer un balance rumbo a los primeros 100 días de gobierno.
Comentó que el envío de ternas con conflicto de interés, para sustituir a la ministra Margarita Luna en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dan vista de cuál va a ser su postura real al respeto de la autonomía.
Asimismo, criticó que la penalización de la corrupción como delito grave, viola la presunción de inocencia y contribuye al populismo penal, sin dar resultados firmes contra la corrupción.
¿Cuál es el balance que hace del gobierno en el combate a la corrupción durante los primeros 100 días?
Si yo tuviera que resumir, yo diría muy buen inicio de gobierno en el sentido de irse frontalmente contra algo que es profundamente dañino, pero me gustaría ver los siguientes pasos y que no se quedara en mensajes políticos. Me parece que en el caso de las estancias infantiles, en el caso de los refugios, allí son mensajes políticos.
¿Hay dudas?
Muchas. A mí me preocupan estas descalificaciones a la sociedad civil, estas políticas de quitar subsidios y reemplazarlos por transferencias directas. Si se traduce en clientelismo político, vamos derechito a la restauración autoritaria.
Si se traduce en involucramiento ciudadano de verdad, no en consultas, sino en participación a través de organizaciones, entonces sí se puede lograr el cambio que propone. Yo siento que son más discursos de campaña, que de gobierno.
La corrupción como delito grave, ¿es una solución?
Corrupción son conductas concretas que ya están tipificadas. Yo creo que más bien es lo que se llama populismo penal, es el querer tener un golpe de efecto en la opinión pública, pero que no te va a resolver un conflicto. Me parece un retroceso en el sistema de justicia y un ataque a la presunción de inocencia.
¿Cuál era la estrategia correcta?
Ahí está el Sistema Nacional Anticorrupción y hay que utilizarlo para situaciones como estas. Ojalá se recapacite y se implementen medidas radicales en el sentido de ir al fondo. Tenemos que fijar la mirada es en qué está haciendo la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General, ahí es donde realmente se puede ver qué se está haciendo para desmantelar redes de corrupción, más que en la elevación de penas.
¿El presidente tiene la voluntad de utilizar el SNA?
Yo espero que sí. El sistema no es de nadie, es el resultado de una reforma constitucional muy profunda, es una iniciativa de la sociedad civil. Es un instrumento que puede ser enormemente útil para el presidente o para un gobierno que quiere acabar con la corrupción de frente.
¿Vamos a tener la garantía de que funcione de manera autónoma?
Me fijaría en qué va a pasar con los nombramientos en la Suprema Corte de Justicia, porque hay candidaturas señaladas como conflicto de interés, esos para mí son los indicadores más claros de hasta dónde el gobierno está dispuesto.
Me fijaría en la agenda del Comité Coordinador, qué está pasando con los formatos de declaración patrimonial oficiales, qué va a pasar con la Política Nacional Anticorrupción, cuáles van a ser las políticas públicas para el combate a la corrupción.