/ jueves 23 de noviembre de 2017

Estadounidenses no quieren saber de política este día de Acción de Gracias

Las familias estadounidenses han pactado este año dejar la política fuera del menú

Washington.- Después de las peleas de sobremesa del último día de Acción de Gracias, marcado por la victoria electoral de Donald Trump, las familias estadounidenses han pactado este año dejar la política fuera del menú: no hablar del tema o no reunirse para evitar disgustos.

Cada cuarto jueves de noviembre, los estadounidenses viajan a lo largo y ancho del país, abarrotando carreteras y aeropuertos, para cenar con sus parientes en la que es la cita familiar más importante del año.

Para muchos, eso supone compartir una larga comida con tíos, primos o sobrinos a los que les une poco más que el lazo familiar y se choca frontalmente en asuntos políticos y sociales.

Esa profunda división ideológica se agudizó el año pasado, en un "Thanksgiving" traumático dos semanas después de la victoria de Trump frente a Hillary Clinton y tras una de las campañas electorales más duras de la historia del país.

Por eso este año, según un sondeo publicado esta semana por los medios públicos NPR y PBS, el 58 por ciento de los estadounidenses tiene miedo a tener que hablar de política en la cena de Acción de Gracias y solo al 31% le apetece. El 11% restante dice no estar seguro al respecto.

El año pasado, según una encuesta de CNN, al 53% le daba pavor tener que discutir sobre las elecciones pero el 43% tenía ganas de ese debate en torno al pavo asado y la salsa de arándanos.

"En 2016 ya fue insoportable para mí tener que escuchar a mis tíos felices por la victoria de Trump. Este año no podría aguantar oír cómo defienden las políticas que ha adoptado en la Casa Blanca contra los inmigrantes y las mujeres", explica a Efe Sarah Gilmer, que por primera vez pasará el día con amigos en Nueva York en lugar de viajar a Indianápolis.

Esta joven profesional, como muchos estadounidenses que estudian o trabajan a muchos kilómetros de su ciudad natal, tiene una visión política y social diametralmente opuesta a la de sus familiares.

"La gente con la que trabajas y con la que sales socialmente tiende a compartir tus opiniones políticas, pero cuando te reúnes con tu familia, si la política está en la receta, quizás no sepa muy bien", indica Lee Miringoff, el director del Instituto Marist de Opinión Pública, que participó en el sondeo de NPR/PBS.

"Hay un sentimiento de temor. La anticipación de una cierta indigestión en Acción de Gracias si sale el tema de la política", agrega.

Ese miedo es mayor entre los demócratas, dos tercios no quieren ni pensar en hablar de política con sus familiares, mientras que, entre los republicanos son alrededor de la mitad los que tragan saliva al pensar en el debate de sobremesa.

Los que se definen como "independientes" de los dos grandes partidos tampoco están por la labor: el 56% siente pánico de tener que lidiar con las opiniones de sus parientes.

De todos los temas políticos y sociales, lo que más angustia a los estadounidenses es tener que debatir sobre el presidente Trump.

El 47% de los encuestados considera "estresante y frustrante" hablar con gente que tiene una opinión diferente sobre Trump, según la encuesta de NPR/PBS. Un sondeo de junio del Centro de Investigaciones Pew elevaba ese porcentaje al 59%.

Desde su irrupción en las primarias republicanas en 2015, el controvertido magnate y los temas que ha blandido como banderas han sido fuente de división y polarización en el país.

"Yo no puedo soportar que alguien, a día de hoy, después de ver medidas horribles como el veto migratorio o su irresponsabilidad con Corea del Norte, defienda a Trump", relata a Efe Ashley King, que ha pactado con su suegra no hablar de este tema en la mesa para tener un "Thanksgiving" en paz.

Tampoco los que están a favor del presidente quieren oír opiniones distintas a las suyas.

"A mi hijo le han lavado el cerebro en la universidad, no puedo escucharle decir tantas mentiras sobre nuestro presidente, todo es culpa de la campaña mediática contra Trump", cuenta a Efe María Gómez, exiliada cubana en Miami con hijos nacidos en EE.UU.

Todos han pensado ya estrategias para evitar el conflicto: centrarse en el banquete, sustituir la sobremesa por un partido de fútbol americano o una película en la televisión o irse de compras para un "Black Friday" (viernes negro) de descuentos que cada año comienza más temprano.

/afa

Washington.- Después de las peleas de sobremesa del último día de Acción de Gracias, marcado por la victoria electoral de Donald Trump, las familias estadounidenses han pactado este año dejar la política fuera del menú: no hablar del tema o no reunirse para evitar disgustos.

Cada cuarto jueves de noviembre, los estadounidenses viajan a lo largo y ancho del país, abarrotando carreteras y aeropuertos, para cenar con sus parientes en la que es la cita familiar más importante del año.

Para muchos, eso supone compartir una larga comida con tíos, primos o sobrinos a los que les une poco más que el lazo familiar y se choca frontalmente en asuntos políticos y sociales.

Esa profunda división ideológica se agudizó el año pasado, en un "Thanksgiving" traumático dos semanas después de la victoria de Trump frente a Hillary Clinton y tras una de las campañas electorales más duras de la historia del país.

Por eso este año, según un sondeo publicado esta semana por los medios públicos NPR y PBS, el 58 por ciento de los estadounidenses tiene miedo a tener que hablar de política en la cena de Acción de Gracias y solo al 31% le apetece. El 11% restante dice no estar seguro al respecto.

El año pasado, según una encuesta de CNN, al 53% le daba pavor tener que discutir sobre las elecciones pero el 43% tenía ganas de ese debate en torno al pavo asado y la salsa de arándanos.

"En 2016 ya fue insoportable para mí tener que escuchar a mis tíos felices por la victoria de Trump. Este año no podría aguantar oír cómo defienden las políticas que ha adoptado en la Casa Blanca contra los inmigrantes y las mujeres", explica a Efe Sarah Gilmer, que por primera vez pasará el día con amigos en Nueva York en lugar de viajar a Indianápolis.

Esta joven profesional, como muchos estadounidenses que estudian o trabajan a muchos kilómetros de su ciudad natal, tiene una visión política y social diametralmente opuesta a la de sus familiares.

"La gente con la que trabajas y con la que sales socialmente tiende a compartir tus opiniones políticas, pero cuando te reúnes con tu familia, si la política está en la receta, quizás no sepa muy bien", indica Lee Miringoff, el director del Instituto Marist de Opinión Pública, que participó en el sondeo de NPR/PBS.

"Hay un sentimiento de temor. La anticipación de una cierta indigestión en Acción de Gracias si sale el tema de la política", agrega.

Ese miedo es mayor entre los demócratas, dos tercios no quieren ni pensar en hablar de política con sus familiares, mientras que, entre los republicanos son alrededor de la mitad los que tragan saliva al pensar en el debate de sobremesa.

Los que se definen como "independientes" de los dos grandes partidos tampoco están por la labor: el 56% siente pánico de tener que lidiar con las opiniones de sus parientes.

De todos los temas políticos y sociales, lo que más angustia a los estadounidenses es tener que debatir sobre el presidente Trump.

El 47% de los encuestados considera "estresante y frustrante" hablar con gente que tiene una opinión diferente sobre Trump, según la encuesta de NPR/PBS. Un sondeo de junio del Centro de Investigaciones Pew elevaba ese porcentaje al 59%.

Desde su irrupción en las primarias republicanas en 2015, el controvertido magnate y los temas que ha blandido como banderas han sido fuente de división y polarización en el país.

"Yo no puedo soportar que alguien, a día de hoy, después de ver medidas horribles como el veto migratorio o su irresponsabilidad con Corea del Norte, defienda a Trump", relata a Efe Ashley King, que ha pactado con su suegra no hablar de este tema en la mesa para tener un "Thanksgiving" en paz.

Tampoco los que están a favor del presidente quieren oír opiniones distintas a las suyas.

"A mi hijo le han lavado el cerebro en la universidad, no puedo escucharle decir tantas mentiras sobre nuestro presidente, todo es culpa de la campaña mediática contra Trump", cuenta a Efe María Gómez, exiliada cubana en Miami con hijos nacidos en EE.UU.

Todos han pensado ya estrategias para evitar el conflicto: centrarse en el banquete, sustituir la sobremesa por un partido de fútbol americano o una película en la televisión o irse de compras para un "Black Friday" (viernes negro) de descuentos que cada año comienza más temprano.

/afa

Local

Piden a productores no vender el ganado hasta la apertura de la frontera con EU

El presidente de la Unión Ganadera Regional de Durango, aconsejó mantenerse atentos a las indicaciones para que se retomen los precios que se tienen en la actualidad

Policiaca

Atropellan a peatón en camino vecinal

Cuando caminaba por la carretera que va del poblado Coyotes a Banderas del Águila, un hombre de 34 años de edad murió atropellado por el conductor de una camioneta

Local

Colectivas recuerdan a mujeres que mueren víctimas de violencia de género

La activista Julieta Hernández Camargo señaló que de seis años a la fecha, la la violencia de género en Durango lejos de disminuirse ha avanzado a pasos agigantados

Doble Vía

¡Cuidado! Médico duranguense alerta para no usar agua oxigenada en heridas

Si bien esta sustancia sí es desinfectante “…eso no quiere decir que tenga que ponerse en la herida”, pues su principal problema es que daña el tejido vivo

Local

Niegan amparo a Rafael Mier Cisneros para reponer el proceso electoral de la UJED

Rafael Mier reconoció que la resolución a esta queja no les fue favorable, por lo que ha decidido retirarse de la contienda

Local

Netflix se “reboruja” y quiere saber qué es lo más bonito de Durango; ¿qué responderías?

La serie llamada Las hermanas Guerra ha puesto sobre la mesa nuevamente a Durango, y es Netflix quien desea conocer más de la tierra del cine