"Algunos de los que nos saquean con el pretexto de la subida en la gasolina, son los mismos vecinos de la zona, quienes regularmente vienen a comprarnos, los que pasan a las cajas y pagan sus productos, y aunque cuando roban se tapan la cara o la cabeza y piensan que con eso no los vamos a identificar, si nos damos cuenta que son ellos", afirmó Genaro "N", encargado de la bodega Aurrera de Los Olivos en Tecámac, Estado de México.
Expuso que los saqueadores que han robado y causado destrozos cada vez que se anuncia la subida de la gasolina en la referida bodega, "vienen de los fraccionamientos de Los Olivos, Villa del Real y de los pueblos de San Martín, San Francisco y San Pablo, así como de la colonia Cinco de Mayo".
En entrevista con LA PRENSA, indicó que hasta algunos taxistas de los que se estacionan afuera de la bodega, "nos ponen, y traen gente para los saqueos".
Sin embargo también aclaró que otros trabajadores del volante, han defendido y tratado de ayudar para evitar los saqueos.
"Lo sorprendente del caso, es que luego de los saqueos, cuando la tienda vuelve a abrir sus puertas y todo regresa a la normalidad, los ladrones vienen como si nada, a comprar sus víveres, pasan a la caja y pagan lo que se llevan, y piensan que no los reconocemos".
Para este responsable de la bodega Aurrera de Los Olivos, lo peor del caso, es lo difícil que es, el proceder contra los saqueadores que son aprehendidos, quienes -dijo- con las nuevas leyes fácilmente salen.
Agregó que los que logran su cometido y escapan con los productos robados, quedan impunes "y aunque podríamos identificarlos, es muy difícil probar que el cliente que está en la tienda pagando en la caja, es el mismo que encapuchado y acompañado de una turba de malvivientes, nos vino a robar".
Otro testimonio es el de Rodrigo "N", empleado de una tienda Coppel, quien indicó que los electrodomésticos y línea blanca que son hurtados, en ocasiones se los quedan las familias de los saqueadores.
"Pero otras veces, he visto que las lavadoras que nos han robado, las venden en el portal de Internet de Mercado Libre, a precios mucho más bajos del que teníamos anunciado en la tienda", aseveró.
"Marqué para preguntar y me dicen que son saldos, o también ofertas de fábrica y que por ello, por la rebaja en el precio, no tienen la factura", explicó.
Consideró que a la gente la convencen con el precio, además de que los compradores saben bien que esos artículos son robados.
Y manifestó también que en la tienda en la que labora, no descarta la existencia de "traidores" que avisan y saben todo el procedimiento logístico y de seguridad de la tienda, "lo que informan a sus cómplices".
Asimismo dijo que el exceso de violencia y destrucción atemoriza a las personas que dejan de acudir a comprar a las tiendas, por temor a las pandillas de ladrones.
"Y aunque regularmente los robos son de noche y madrugada cuando ya cerramos, de todos modos la gente queda con miedo, incluyéndonos a nosotros los empleados y sobre todo a las mujeres, que por el susto, ya no quieren venir a trabajar".