/ miércoles 2 de agosto de 2017

Contaminación en Río Sonora aleja a turistas

Hermosillo,Son.- Uno de los mayores atractivos turísticos para el municipiode San Felipe de Jesús es el puente colgante que está instaladopara que las personas crucen de manera segura el río Sonora cuandoéste se encuentra crecido.

El puente peatonal ha sido de gran ayuda para loshabitantes del pueblo ya que en temporadas de lluvias la avenida deacceso se vuelve intransitable y hasta peligrosa para quienes nosaben nadar, pues el agua ha llegado subir hasta más de tresmetros sobre el nivel del suelo. Sin embargo, el puente, además debrindar seguridad a los habitantes de la localidad, también haatraído la mirada de visitantes, los cuales son de diferentesmunicipios de Sonora, de otras partes del país e inclusive delextranjero que transitan la tradicional ruta del Río Sonora. En elarribo al lugar se observó a varias personas originarias de SanFelipe de Jesús y otros municipios aledaños que se encontrabanbebiendo cerveza para pasar el rato, otros con su carro estacionadoen la espera de que el nivel del agua baje para acceder al pueblo yhay quienes simplemente observaban el agua ‘chocolatosa’ quetranscurría con gran fuerza de Norte a Sur.

Varias eran las personas que se subían al puentepeatonal para contemplar con gran asombro la corriente del ríodebajo de ellas, la estructura colgante se movía de un lado a otropor la mala sincronía del paso de la gente, mientras que unapatrulla resguardaba la orilla del cauce para evitar unaccidente.

Un hombre acompañado de su hijo, ambos de nombreEnrique Quintanar, se encontraba observando el espectáculo en laorilla del río de lado del pueblo de San Felipe de Jesús de dondees originario, comentó que sólo un carro de doble tracción puedeser capaz de cruzar el cauce sin presentar una averíamecánica.

“Esto no es nada, hay veces que al puente casi leroza el agua, como un metro pasa abajo el agua del puente, estosólo un ‘pickapón’ te lo pasa todavía, un carrito doble telo pasa, pero un carrito de esos que están en la otra orilla sequedan ahí en medio, no pasan y eso que abajo tiene pavimento lacalle”, contó.

Enrique mencionó que en temporadas anteriores lavisita era mayor, que hasta en ocasiones la gente aprovechaba parahacer una carne asada y pasaban todo el día en la orilla delcauce, sin embargo, sin saber una razón, aseguró que la visita alpueblo y al río ha ido disminuyendo en los últimos años.

“Esa es gente que viene a mirar el puente y el ríoy luego aprovechan cuando están las vacaciones, vienen más omenos los fines de semana, entre semana no tanto, yo creo que lavisita empezó a bajar por lo de la contaminación de la mina,también tenemos un mirador, el Cerro de la Cruz está ahí, lagente puede subir porque tiene escalones”, dijo.

Ciudad vacía 

En Huépac, un municipio más arriba sobre la rutaRío Sonora, los habitantes se encontraban dentro de sus casas,mencionó Abraham Campa, un hombre de la tercera edad que seencontraba en sentado en una banca de la plaza principal.

Y es que en un recorrido por el pueblo realizado undomingo alrededor de las 17:30 horas, se observó que sus calles seencontraban solitarias, no había transeúntes ni automóviles encirculación, sólo una que otra gente sentada frente a la entradade sus hogares.

Don Abraham explicó que en el pueblo hay personas detodas las edades y que están acostumbrados a salir por lasmañanas y durante el ocaso del sol, es por eso que ni en la plazaprincipal se contaba con un gran aforo de personas.

“Aquí sí hay gente nomás que ahorita a esta horatodavía no salen, salen más tarde para acá a la placita, perosí hay gente, que esté sola la plaza a esta hora es normal paranosotros, de hecho allá va mi hermano también caminando”,manifestó.

Una joven que atendía una paletería ubicada frentea la plaza, indicó que hay ocasiones en las que vende muchoproducto y a veces no, esto porque solo depende del consumo de loshabitantes de Huépac ante la falta de visitantes.

Relató que cuando hay mayor venta es cuando empiezanlas fiestas del pueblo, las cuales se llevan a cabo desde el 8hasta el 14 de agosto. “Pues hay veces que vendemos mucho y hayveces que no, depende del clima también, hay veces que hay gente yhay veces que no hay gente, no recibimos mucho visitante,normalmente no, las fiestas de agosto son del 8 al 14 de agosto,que es cuando hay gente, pero mientras no hay fiestas casi no haygente de afuera”, finalizó.

Hermosillo,Son.- Uno de los mayores atractivos turísticos para el municipiode San Felipe de Jesús es el puente colgante que está instaladopara que las personas crucen de manera segura el río Sonora cuandoéste se encuentra crecido.

El puente peatonal ha sido de gran ayuda para loshabitantes del pueblo ya que en temporadas de lluvias la avenida deacceso se vuelve intransitable y hasta peligrosa para quienes nosaben nadar, pues el agua ha llegado subir hasta más de tresmetros sobre el nivel del suelo. Sin embargo, el puente, además debrindar seguridad a los habitantes de la localidad, también haatraído la mirada de visitantes, los cuales son de diferentesmunicipios de Sonora, de otras partes del país e inclusive delextranjero que transitan la tradicional ruta del Río Sonora. En elarribo al lugar se observó a varias personas originarias de SanFelipe de Jesús y otros municipios aledaños que se encontrabanbebiendo cerveza para pasar el rato, otros con su carro estacionadoen la espera de que el nivel del agua baje para acceder al pueblo yhay quienes simplemente observaban el agua ‘chocolatosa’ quetranscurría con gran fuerza de Norte a Sur.

Varias eran las personas que se subían al puentepeatonal para contemplar con gran asombro la corriente del ríodebajo de ellas, la estructura colgante se movía de un lado a otropor la mala sincronía del paso de la gente, mientras que unapatrulla resguardaba la orilla del cauce para evitar unaccidente.

Un hombre acompañado de su hijo, ambos de nombreEnrique Quintanar, se encontraba observando el espectáculo en laorilla del río de lado del pueblo de San Felipe de Jesús de dondees originario, comentó que sólo un carro de doble tracción puedeser capaz de cruzar el cauce sin presentar una averíamecánica.

“Esto no es nada, hay veces que al puente casi leroza el agua, como un metro pasa abajo el agua del puente, estosólo un ‘pickapón’ te lo pasa todavía, un carrito doble telo pasa, pero un carrito de esos que están en la otra orilla sequedan ahí en medio, no pasan y eso que abajo tiene pavimento lacalle”, contó.

Enrique mencionó que en temporadas anteriores lavisita era mayor, que hasta en ocasiones la gente aprovechaba parahacer una carne asada y pasaban todo el día en la orilla delcauce, sin embargo, sin saber una razón, aseguró que la visita alpueblo y al río ha ido disminuyendo en los últimos años.

“Esa es gente que viene a mirar el puente y el ríoy luego aprovechan cuando están las vacaciones, vienen más omenos los fines de semana, entre semana no tanto, yo creo que lavisita empezó a bajar por lo de la contaminación de la mina,también tenemos un mirador, el Cerro de la Cruz está ahí, lagente puede subir porque tiene escalones”, dijo.

Ciudad vacía 

En Huépac, un municipio más arriba sobre la rutaRío Sonora, los habitantes se encontraban dentro de sus casas,mencionó Abraham Campa, un hombre de la tercera edad que seencontraba en sentado en una banca de la plaza principal.

Y es que en un recorrido por el pueblo realizado undomingo alrededor de las 17:30 horas, se observó que sus calles seencontraban solitarias, no había transeúntes ni automóviles encirculación, sólo una que otra gente sentada frente a la entradade sus hogares.

Don Abraham explicó que en el pueblo hay personas detodas las edades y que están acostumbrados a salir por lasmañanas y durante el ocaso del sol, es por eso que ni en la plazaprincipal se contaba con un gran aforo de personas.

“Aquí sí hay gente nomás que ahorita a esta horatodavía no salen, salen más tarde para acá a la placita, perosí hay gente, que esté sola la plaza a esta hora es normal paranosotros, de hecho allá va mi hermano también caminando”,manifestó.

Una joven que atendía una paletería ubicada frentea la plaza, indicó que hay ocasiones en las que vende muchoproducto y a veces no, esto porque solo depende del consumo de loshabitantes de Huépac ante la falta de visitantes.

Relató que cuando hay mayor venta es cuando empiezanlas fiestas del pueblo, las cuales se llevan a cabo desde el 8hasta el 14 de agosto. “Pues hay veces que vendemos mucho y hayveces que no, depende del clima también, hay veces que hay gente yhay veces que no hay gente, no recibimos mucho visitante,normalmente no, las fiestas de agosto son del 8 al 14 de agosto,que es cuando hay gente, pero mientras no hay fiestas casi no haygente de afuera”, finalizó.

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